Ante el agravamiento de la pandemia por Covid-19, debido a la oleada de contagios en la CDMX y el Estado de México, la negada realidad volvió a rebasar a las autoridades y los números de casos y saturación hospitalaria echaron por tierra la negativa oficial de que la situación se tornara alarmante en la conurbada área metropolitana, así como en varias entidades federativas, en las que se ha imposibilitado atender a miles de enfermos.
Lamentablemente, se cumple así la alerta del estudio de la Universidad de Stanford y el Centro de Investigación y Docencia Económica de México, el CIDE, de que a mediados de este mes, las necesidades de hospitalización en las que se alcanzarían casi 50 por ciento más que la capacidad de alrededor de 10 mil camas con las que se contaban y que han sido rebasadas por el virus que sigue cobrando vidas en todo el país.
DE ESTO Y DE AQUELLO
Igual que ocurrió al lograr la extinción de fideicomisos, en su afán de acabar también con los organismos autónomos, el Presidente López Obrador reiteró ayer que enviará una iniciativa al Congreso para que desaparezcan “porque no son imprescindibles”, y sean absorbidos por dependencias gubernamentales y para “ahorrar” miles de millones de pesos.
Dijo en su mañanera que se busca evitar duplicidad de funciones y conseguir ahorros, que en este último caso se ha convertido una obsesión y es el argumento que utiliza también para, presuntamente, compras de vacunas —que siguen llegando a cuentagotas— y destinar recursos al quebrantado sector salud, para reconversión hospitalaria.
Desde que hace meses el Metro se quedó sin subdirector general de Mantenimiento, la directora del mismo, Florencia Serranía, aseguró en una comparecencia ante la Cámara de Diputados de la CDMX que ella asumiría esa responsabilidad, tras la paralización de seis líneas por el incendio en el Centro de Control de la calle de Delicias, el sábado; ahora, salió con que ella es sólo titular del STC.
Mientras tanto, la suspensión de ese servicio de transporte colectivo provocó un caos en la capital de la república, cuando a pesar de que unidades de RTP transportaron a los usuarios, cientos de miles de ellos, presos de desesperación e indignación, enfrentaron dificultades para trasladarse a sus lugares de trabajo o simplemente no lograron hacerlo, al tiempo que las autoridades anunciaron que al menos tres líneas cubrirán hoy sus rutas.
Y como lo anticiparon, los propietarios de restaurantes capitalinos cumplieron su proclama de “abrimos o morimos” y, a pesar de la advertencia de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, de que no habrá confrontaciones, pero sí sanciones a quienes hayan reabierto no obstante la prohibición por permanecer en rojo el semáforo epidemiológico.
