Día a día, la violencia física y verbal se agravan a lo largo y ancho de la República sin que no sólo no haya nada ni nadie que lo impida, sino que, al contrario, en el caso de la segunda, se propicia deliberadamente, aun cuando estén en riesgo las elecciones federales y estatales de junio próximo, “se aplacen por la pandemia”, según propuso la Organización Panamericana de la Salud o, de plano, se cancelen, que parece ser la intención de dirigentes, legisladores y militantes del partido en el Gobierno.
La primera, que impunemente originan los cárteles de la droga, uno de los cuales, al parecer intocable, se da el lujo de realizar desfiles de vehículos y hombres con armas de alto poder y vehículos blindados en ciudades, municipios y comunidades, sin que ninguna de las fuerzas armadas desplegadas en ellas lo impida y, otra, que arreció en cuanto se iniciaron las campañas electorales, en las que el blanco de dirigentes y militantes de Morena es el Instituto Nacional Electoral con la pretensión de “desaparecer” al árbitro de la contienda.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
El mal ejemplo de “mandar al diablo las instituciones” cunde en las filas de Morena y algunos de los que aspiran a gobernar sus estados, y a los que el INE les retiró las candidaturas, como son los casos de Félix Salgado, en Guerrero, y Raúl Morón, en Michoacán, no han dudado en seguirlo, aun cuando no son los únicos. Ya que otros postulados a diputaciones federales o locales y cargos municipales, incumplieron reportar sus gastos de precampaña al árbitro del proceso.
Con Mario Delgado, presidente de su parido al frente, tanto el senador guerrerense con licencia, como el michoacano, exdirigente de la CNTE, junto con centenares de seguidores, presionan y amenazan con emprender juicio político a consejeros del INE, y encabezaron plantones tanto frente al INE como en el Tribunal Electoral, cuyos magistrados deberán ratificar o revertir lo acordado por aquellos.
Tal acción parece ser un primer “ensayo” de violencia morenista, de lo que seguramente pretenderán llevar a cabo al anochecer del domingo 6 de junio, si la votación de sus candidatos a diputados federales no logran conservar la mayoría y el control de la Cámara de Diputados, que es lo único que le interesa al fundador de Morena, más que ganar cualquier gubernatura, sea Nuevo León, Chihuahua, Sinaloa, Sonora, Michoacán o Baja California, o las demás que estarán en disputa.
A estas alturas del sexenio, ningún intento distractor mañanero, aun “montajes” de antaño, evitará que se informe lo que ocurre y agrava en el país, sea violencia electoral; masacres diarias; escasez o “errores humanos” en la aplicación de vacunas; desapariciones de familias o más feminicidios.