Tras atentado a Ciro, alto a discurso de odio

PULSO POLÍTICO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Conjeturas y especulaciones aparte sobre los posibles móviles del cobarde atentado contra el conductor de noticiarios de Imagen y Radio Fórmula, Ciro Gómez Leyva, la noche del jueves pasado, horas después en la plataforma Change.org se hizo la petición de poner un alto al “discurso de odio”, que de inmediato fue secundado por miles de personas, por considerar que las declaraciones del Presidente Andrés Manuel López Obrador contra conductores de medios de comunicación, intelectuales y organismos autónomos, “alientan la violencia en el país”.

Señalan que las conferencias matutinas del Ejecutivo federal son “un discurso cotidiano, permanente, de odio, división, confrontación y estigmatización contra quienes difieren de él, provocan un ambiente tóxico que alienta la violencia y pone en riesgo el orden, la paz social e incluso la gobernabilidad” por lo que se requiere una política de conciliación, tolerancia, debate productivo, pluralidad y negociación que preserve y fortalezcan civilidad y democracia”. 

DE ESTO Y DE AQUELLO… 

De nada valieron las prisas de legisladores de Morena y sus aliados del PVEM y PT en aprobar las reformas a leyes electorales secundarias para desmantelar el INE porque, finalmente, después de que ante la advertencia del propio autor de esa iniciativa de que la vetaría si no se suprimía el agregado de la llamada cláusula de “vida eterna” para que a aquellos partidos minoritarios se les transfirieran votos que evitaran la cancelación de su registro, quedó pendiente hasta el próximo periodo de sesiones que se inicia en febrero. 

Lo que vendrá entonces, cuando esos partidos de la “chiquillada”, aliados al que gobierna con los beneficios que eso entraña, queden electoralmente desamparados y en riesgo de mantener sus registros, será ver si ante eso, se mantienen como tales o buscan sumarse a otros mayoritarios. 

En el caso del PVEM, cuyos dirigentes y legisladores alardearon de que ellos no necesitan de que en las elecciones les transfieran votos porque, solos, no sólo alcanzan si no rebasan el porcentaje de votos para mantener su registro, luego de verse obligados a retirar la cláusula de “vida eterna” que propusieron, tras la advertencia presidencial de que de lo contrario, él vetaría su segunda reforma. 

Ante ese atorón legislativo, el Presidente distrae la atención, revive lo de la “pausa” en las relaciones con España, insiste en defender al golpista exmandatario de Perú, Pedro Castillo, y hasta critica al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en que se “entrometa” en el conflicto peruano, cuando él lo ha estado desde que tras su fallido “golpe de Estado”, aquel fue detenido.