El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, no tiene remedio: así como desdeñó el uso de cubrebocas y convenció al Presidente Andrés Manuel López Obrador de no utilizarlo durante la pandemia, ahora declaró que cancelar vuelos del Reino Unido a México —decenas de ellos a la capital de la República y a varios destinos turísticos del país— tras el surgimiento de una nueva cepa de coronavirus “no tendría una contribución específica para reducir el riesgo de contagios”.
Ante esa actitud, que desde el mes de marzo hasta la fecha, el Covid-19 se propagó a lo largo y ancho del territorio nacional y ha cobrado hasta ahora, oficialmente, cerca de 120 mil vidas, por lo que habrá que estar al tanto de que lleguen a ocurrir muchos más contagios si se confirma que la transmisión por esa nueva cepa resulte mayor a la que se ha registrado, lo que sería catastrófico.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
A ocho días del final del peor año en lo que va de este siglo, en el que la pandemia de coronavirus cimbró al mundo y ha privado de la vida a millón y medio de personas, México padece el agravamiento de sus crisis sanitaria y económica por el mal manejo para hacer frente a ambas por la insuficiencia de recursos, medicamentos y hospitales, como de apoyos a cientos de miles de micros, pequeñas y medianas empresas, que se vieron obligadas a cerrar o están a punto de hacerlo.
Mientras en otros países, los gobiernos decidieron acudir en auxilio de sus sectores empresariales para evitar los desplomes económicos afectados por los obligados cierres de actividades, aquí, los recursos públicos siguen siendo canalizados a los proyectos prioritarios del gobierno lopezoradorista, como la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía, en el municipio mexiquense de Tecámac, y el Tren Maya, cuyo monto de inversión inicial se ha incrementado.
Cuando el coronavirus empezó a causar estragos en Wuhan y se propagó a naciones de Europa y de otros continentes, aquí, el Gadvobierno se concretó a ver lo que ocurría sin asumir las urgentes y necesarias medidas, ni adquirir lo que hacía falta para hacerle frente cuando llegara a México y cuyas consecuencias estamos viendo hoy, y sin viso alguno de que las cosas vayan a mejorar en el año que se inicia el 1 de enero. Que, además, será electoral, en que la principal disputa estará en ganar la mayoría de la Cámara de Diputados.
Esta columna dejará de aparecer desde mañana y la próxima semana y media. Volverá a publicarse el miércoles 6 de enero y aunque será la más triste de muchos años, deseamos a todos una feliz Navidad y un distinto 2021.
