A la violencia que se ha recrudecido en el país desde el inicio de las campañas electorales rumbo al proceso del 2 de junio, se sumó la indignación de normalistas de Ayotzinapa, al enterarse de que uno de los policías estatales que participó en el asesinato de su compañero Yanqui Kothan Gómez Peralta, el jueves pasado, huyó, como el mismo Presidente López Obrador lo informó, “porque a la Fiscalía General de Guerrero no le pusieron a su disposición a los tres elementos que participaron en ese homicidio”.
Eso provocó que grupos de estudiantes se movilizaran de inmediato a la amurrallada sede de la Fiscalía estatal —como lo están otras dependencias del Gobierno desde el portazo en Palacio Nacional— en donde lanzaron petardos y bombas molotov, quemaron 11 vehículos de funcionarios y personal y hubo una veintena de heridos, entre ellos efectivos de la Guardia Nacional y varios agentes, que acudieron a tratar de frenar el vandalismo, que amenaza propagarse a otros municipios y carreteras.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Si el crimen organizado ejerce control en algunas regiones del país, como se denunció en el Senado de Estados Unidos ante la ineficiencia del Ejército, la Guardia Nacional, policías federales y estatales de hacerle frente, con elecciones a la vista, el riesgo de su intromisión es manifiesto con las renuncias, amenazas y ejecuciones de candidatos, aspirantes y dirigentes municipales de partidos políticos locales y nacionales que, hasta ahora, suman por lo menos 20.
Otros hechos son las amenazas, desapariciones y secuestros de periodistas del interor de la República, que desde la tarde del lunes incluye el conductor de noticiarios de Televisa en Guadalajara, Jaime Barrera Rodríguez, en un aparente secuestro que ha motivado una exigencia generalizada de medios de comunicación no sólo en la capital jalsciense, sino también en otras entidades.
Después de que el presidente de la Internacional Socialista, Pedro Sánchez, alertó que la integridad del proceso electoral de México está en riesgo “porque no van a ser libres, ni democráticas”, Claudia Sheinbaum le respondió como presidente de España, que lo es también, exigiéndole respeto y le recordó que “el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Y aunque Sánchez aclaró que no habló como jefe del gobierno español, sino como presidente de la IS y dirigente del PSOE en un acto en Madrid, al que asistió Alejandro Moreno, líder del PRI, que es vicepresidente de aquélla, la candidata presidencial de la coalición Sigamos Haciendo Historia le respondió como mandatario socialista de España, en un acto de campaña que encabezó ayer en el municipio morelense de Yautepec, porque “quién sabe que le dijo” el dirigente tricolor.