¿Se escuchará de nuevo el “no se hagan bolas”?

PULSO POLÍTICO

Francisco Cárdenas Cruz
Francisco Cárdenas Cruz larazondemexico

El muy anticipado proceso de sucesión presidencial, que el mismo Andrés Manuel López Obrador echó a andar para ubicar a la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, como su más viable sucesora, aun cuando ha incluido otros nombres, como el de Marcelo Ebrard y los de miembros del gabinete —cuya mención es mero relleno—, y excluido el de Ricardo Monreal, líder del Senado, recuerda aquel “no se hagan bolas” del entonces presidente Carlos Salinas, en 1994.

Fue el tiempo en que, a pesar de que el malogrado Luis Donaldo Colosio Murrieta ya era candidato presidencial del PRI, se especulaba que podría ser sustituído por el extinto Manuel Camacho Solís, que fuera un activo y permanente aspirante, quien hasta días antes del magnicidio en Lomas Taurinas, el 23 de marzo de ese año, le dio el apoyo que ostensiblemente le negara, lo que orilló al entonces Ejecutivo federal a dejar clara la postulación del sonorense con aquella expresión, que podría escucharse de nuevo.

DE ESTO Y DE AQUELLO…

Bombazo empresarial, político y periodístico, el que causó esa orden de aprehensión contra Miguel Alemán Magnani, que la Fiscalía General de la República solicitó a un juez federal de control, y que éste otorgó, por una defraudación fiscal de más de 66 millones de pesos en la que incurrió como vicepresidente de Interjet.

La acusación presentada por la Procuraduría Fiscal de la Federación incluyó a su padre, Miguel Alemán Velasco, como presidente de esa empresa, exgobernador priista de Veracruz y exsenador también por el PRI, contra el que, sin embargo, esa autoridad hacendaria no pidió su aprehensión. Él es hijo, y Alemán Magnani nieto, del expresidente Miguel Alemán Valdés, que gobernó el país de 1952 a 1958.

Signo de los tiempos, que Enrique Krauze vuelva a ser premiado por el rey de España, Felipe VI, por su Historia Órdenes Españolas, y que en las mañaneras palaciegas se le tunda una semana sí y otra también, por ser uno de los más severos críticos del Presidente López Obrador, que lo tilda, entre una larga hilera de adjetivos, y por estar en contra de las acciones de su Gobierno.

Además de las muchas tareas que desempeñan, efectivos militares de la Guardia Nacional tendrán una enésima encomienda: vigilar y resguardar la distribución de cilindros de gas LP de la empresa gubernamental Gas Bienestar, anunció ayer el Presidente, igual que lo hacen en el caso de las pipas de gasolina, con el propósito de evitar bloqueos o robos, como ocurriera con el huachicol.

Preocupante, la tercera ola de contagios por coronavirus y su derivación Delta, que se registra en el país.

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.

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Mauricio Flores