Tal parece que Ricardo Monreal, una de las corcholatas que a pesar de haber firmado tanto el lunes 7 en la cena con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, como el domingo en el Consejo Nacional de Morena, el acuerdo que establece las reglas para el proceso interno del que surgirá el candidato presidencial de ese partido, no quedó muy convencido, como lo ha comenzado a expresar públicamente.
El hasta ayer líder de la bancada de Morena en el Senado, de plano le propuso al dirigente nacional de su partido, Mario Delgado, incluir un addendum para “subsanar algunas omisiones”: que la Comisión de Honestidad y Justicia establezca “posibles sanciones a quienes incumplan las reglas y que haya una auditoría y supervisión de gastos, porque no se fijó un tope de éstos”, y en respuesta a críticas, negó que su partido viole la legislación electoral porque “el que se va a elegir no será precandidato presidencial” sino “Coordinador en Defensa de la Transformación”.
DE ESTO Y DE AQUELLO...
Bien recibido, ese anuncio del Presidente López Obrador de que designará a la actual embajadora de México en Chile, Alicia Bárcena, como nueva canciller, que es una diplomática de prestigio, con amplia y reconocida trayectoria, que fuera 14 años secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y funcionaria de la ONU con Kofi Annan y Ban Ki-Moon.
Después de que Marcelo Ebrard renunció a la cancillería, Ricardo Monreal fue ayer la segunda corcholata en solicitar licencia para dejar de liderar la bancada morenista —que ahora estará a cargo del chiapaneco Eduardo Ramírez Aguilar—, en tanto el viernes renunciará el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, el mismo día que Claudia Sheinbaum deje el mando capitalino.
La integración del “nuevo” INE, con consejeros a modo, que preside Guadalupe Taddei, agrada tanto al Presidente que ayer los invitó a una reunión a Palacio Nacional, lo que no hizo nunca con el que encabezó Lorenzo Córdova, al que no dudó en volver a criticar.
Signo de los tiempos de violencia en el país, el que una alcaldesa morenista, como la de Tijuana, Monserrat Caballero, se mude a un cuartel militar, tras un atentado a su escolta y amenazas de grupos criminales en su contra.
Rosa Icela Rodríguez anunció en la mañanera que no buscará ser Jefa de Gobierno de la CDMX, y continuará hasta el fin del sexenio como secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, lo que alentará el interés de quienes, desde altos niveles de gobierno y alcaldías de Morena, PAN y PRI, aspiran a serlo.
Ahora hasta Yeidckol Polevnsky quiere ser corcholata: la exdirigente de Morena y diputada federal, solicitó licencia para registrarse.
