La violencia sin fin que azota al país se ha recrudecido alarmantemente en las últimas semanas entre los cada vez más numerosos cárteles, que lo mismo se disputan ferozmente el control y distribución de drogas, que salen a las calles a matar civiles como ocurrió en Reynosa; “levantan” alcaldes electos en un municipio de Michoacán o ejecutan a responsables de seguridad en otro de Oaxaca, a pesar de lo cual se insiste en hacer creer que “el país está en paz”.
Admítase o no, la manga ancha con la que impunemente actúa el crimen organizado lo mismo en el centro, occidente o en la frontera norte de la República, sin que por incapacidad, debilidad, temor o complicidad se le haga frente, va a acelerar la preocupación e intención del gobierno de Estados Unidos en declarar terroristas a algunos de esos grupos criminales y venir a hacer lo que aquí no se atreven: combatirlos y apresarlos.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Qué pronto aprendió el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, el estilo de tirar la piedra y tratar de esconder la mano: después de acusar a los padres de niños con cáncer de estar cada vez más posicionados como parte de “una campaña más allá del país, de los grupos de derecha internacional que busca una visión casi golpista”, que en salir con que sus declaraciones fueron “distorsionadas”.
En la mañanera de ayer, víspera de la movilización de protesta que los padres de esos menores —“sólo vemos a 20, son las mismas personas”, declaró en el programa televisivo de moneros— realicen hoy una movilización y bloqueo en el Aeropuerto Internacional de la CDMX, reculó y salió con que considera “absolutamente legítimos” los reclamos que hacen y dijo que “el Gobierno federal tiene un sentimiento de solidaridad y empatía” con ellos.
Hoy se verá, en los actos que habrá este día, si como dice López-Gatell son solamente los mismos 20 padres de niños con cáncer quienes exigen medicamentos para sus hijos, a los que no tuvo empacho en acusar de ser parte de un movimiento “golpista” contra el gobierno lopezobradorista.
Frustrada su pretensión de ser recibido por el Presidente en su mañanera de ayer para presentarle pruebas de que el crimen organizado apoyó a Morena en las pasadas elecciones en Michoacán, el gobernador perredista, Silvano Aureoles, advirtió que a pesar de que se le recomendó acudir al INE —la Fiscalía de Delitos Electorales— o a la FGR, no se las entregará a nadie más que al Ejecutivo Federal.
Por un conflicto de la familia Jenkins y en cumplimiento a una orden judicial, policías de Puebla irrumpieron en las instalaciones de la Universidad de las Américas, en Cholula, de nutrido alumnado extranjero.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.