Después de advertir que, si acceder al mercado más importante del mundo implica ceder soberanía o independencia, México no lo aceptaría, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dio marcha atrás y aseguró, contra lo que mucho se especula hoy, que no habrá ruptura en el T-MEC porque “no le conviene” a nuestro país ni a Estados Unidos.
Agregó en su mañanera que le enviará una carta a su homólogo estadounidense Joe Biden, “para que le explique lo que sucede con las consultas” solicitadas por su gobierno y el de Canadá, porque “a lo mejor no está informado de lo que está sucediendo o quiénes son los que están tomando esas decisiones”, por lo que espera que “le ayude a aclarar de qué se trata”
DE ESTO Y DE AQUELLO…
A pesar de su anunciada intención de aprovechar la fecha de la proclamación de la Independencia de México, el próximo 16 de septiembre, para reiterar que la nación sigue siéndolo y no cederá ni la entregará a ningún gobierno extranjero, para responder a lo que demandan Estados Unidos y Canadá, que acusan al suyo de violar el T-MEC, ninguno de sus colaboradores se ha atrevido a decirle que confunde lo que ambos países reclaman.
La presidenta del Comité de Arbitraje de Inversión de la Cámara Internacional de Comercio en México, Gabriela Álvarez, declaró a Reforma que los reclamos de los socios comerciales de ese tratado comercial, nada tienen que ver con afectación a la independencia y soberanía sobre los hidrocarburos propiedad de la nación, sino que se refieren a tratos inequitativos y al papel predominante a Pemex y CFE, que consideran discriminatorio.
Precisó que las consultas que EU y Canadá han solicitado en el marco del T-MEC para dirimir diferencias, no es con el propietario del subsuelo de México y de todo lo que en él se encuentre que es de su propiedad, lo que no está en entredicho ni tampoco que no puede modificar su Constitución o cambiar sus regulaciones.
Cara les resultó a los empresarios la cena a la que fueron invitados por el Presidente en Palacio Nacional, la noche del miércoles: firmaron “de manera voluntaria”, una carta-compromiso en la que se comprometen a aportar, de 20 a 50 millones de pesos o más, en la compra de billetes de lotería para un sorteo de ocho “macrolotes” en una playa de Sinaloa, y construir una presa en ese estado.
Ni el Presidente ni ninguno de los integrantes de su gabinete informaron cuáles serán las medidas y desde cuándo se aplicarán, que empobrecerán más al país y a los mexicanos al pasar a la “pobreza franciscana”, por lo que se espera que algo se sepa hoy en la mañanera.