Concluyó la enredada y criticada “tómbola” de fin de semana en el Senado de la República en la que fueron sorteadas las 350 plazas de magistrados de Circuito y 361 de jueces de Distrito que serán electos el primer domingo de junio del año próximo, mientras los integrantes de los 32 Circuitos Judiciales votaron el viernes por levantar el paro que mantenían desde hace dos meses. En tanto, trabajadores del Poder Judicial insistieron en mantenerlo hasta que se les resuelvan sus demandas laborales.
La convocatoria para el registro de aspirantes a cubrir esas plazas, de acuerdo con la controvertida reforma al Poder Judicial de la Federación, será emitida mañana por la Cámara alta, en tanto se espera que el Consejo de la Judicatura Federal convoque a sesión al Pleno para dar a conocer oficialmente el resultado de la votación para poner fin al paro de labores que el personal insiste en que continúe.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Dos actitudes de cambio en su forma de gobernar dio la Presidenta Claudia Sheinbaum el fin de semana, que a no pocos parecieron esperanzadoras, distintas a las que solía asumir su antecesor y que tantas críticas le merecieran; una fue, tan sencilla como necesaria: dejar claro que cualquier asunto que el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, y de cualquier otro país, por importante que sea, deberá ser por conducto de la Secretaría de Relaciones Exteriores y no personal, ni supuestamente “amistoso”, como el de aquél y sus frecuentes visitas a Palacio Nacional.
El otro, que la jefa del Poder Ejecutivo federal haya decidido ir a Acapulco y no llegar a refugiarse a la base naval del puerto, por “cuidar su investidura” y evitar reclamos e insultos, sino a recorrer algún tramo de los muchos arrasados por las inundaciones del huracán John y, sobre todo, reunirse y escuchar quejas y peticiones de ayuda de familias que lo perdieron todo bajo, ofrecerles inmediato apoyo y que acabaron por agradecer su presencia.
De concretarse en este sexenio los proyectos ferroviarios de la Presidenta Sheinbaum, los últimos fines de semana, como los de CDMX a Pachuca y a Querétaro, los capitalinos que trabajan aquí podrían irse a vivir en ellas —aunque en ésta ya miles de familias del ex DF— lo que aligeraría algo esta saturada ciudad. Todo está en que esas líneas se realicen y concluyan y no suceda lo que en anteriores sexenios al quedar en promesas o en funciones a medias como el Suburbano a Toluca.
Sin freno, la violencia en varias entidades, aún en Culiacán y varios de sus municipios, con todo y reforzada presencia de efectivos del Ejército y la Guardia Nacional.