Ninguna sanción o represalia a Rusia: AMLO

PULSO POLÍTICO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

El titubeo, demora y tibieza para condenar la invasión a Ucrania por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador; una aparente empatía con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y sus reiteradas críticas y acusaciones al de Estados Unidos, Joe Biden, al que no ha dudado en tachar de “injerencista”, más el anuncio de que México no aplicará sanciones económicas ni represalia alguna al país invasor, seguramente tendrán consecuencias para su gobierno y, sobre todo, para millones de mexicanos.

Pareciera, o quizá ése sea el propósito, de demostrar que hay más empatía, interés o compromiso con el mandatario del lejano país, hoy condenado por un mundo al que amenaza desatarle una guerra, que con el del geográficamente más cercano que es, además, el principal socio comercial, con el que además existe un tratado comercial y con Canadá, suscrito por el mismo López Obrador, además de relaciones diplomáticas y políticas.

DE ESTO Y DE AQUELLO…

SE ensombrece más el panorama tras la invasión de Rusia a Ucrania con esa advertencia del ministro de Exteriores de aquel país, Serguéi Lavrov, de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, “sabe que la única alternativa a las sanciones impuestas es una Tercera Guerra Mundial, que sería una guerra nuclear devastadora”.

AYER, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución para exigir a Rusia el cese de la guerra en Ucrania y el retiro inmediato de sus tropas y esta vez, el representante de México ante ese organismo, Juan Ramón de la Fuente, votó sin demora a favor de ella.

El Banco de México le asestó un revés al sueño guajiro de que este año y los que restan del sexenio, el crecimiento económico del país será de cinco por ciento: al ajustar su pronóstico para el actual lo ubicó de 3.2 a 2.4 por ciento y para 2023, de 2.7 a 2.9. Nada que ver con el optimismo mañanero del Ejecutivo Federal.

Día a día se esclarece la masacre, no “fusilamiento”, de 17 personas en el municipio michoacano San José de Gracia, como un enfrentamiento entre dos grupos criminales, originado por el regreso a ese lugar del líder de uno de ellos, al que se había advertido que si lo hacía –acudió al velorio de su madre- sería ejecutado, como fue, junto con sus sicarios.

Lo que no cesa, originado por esos hechos, es el enfrentamiento verbal entre el presidente López Obrador y su antecesor, Felipe Calderón, al que le pide estar “calladito” y no hablar de la violencia en Michoacán, de la que lo responsabiliza por haberle declarado la guerra al crimen organizado y al narcotráfico cuando el panista gobernó el país de 2006 a 2012.

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