Confirmado. Como lo adelantamos en este espacio hace una semana, Morena –con el control del Comité Técnico de Evaluación de la Cámara de Diputados- empuja al más alto nivel perfiles afines a la 4T para ser los cuatro relevos, entre ellos el de Consejera Presidenta con Bertha Alcalde, en el Consejo General del Instituto Nacional Electoral.
El Consejo General del Instituto esta conformado por 11 consejeros electorales con voz y voto, además de representantes de los partidos y representantes del Poder Legislativo que tienen voz pero no tienen voto. De los once consejeros que integrarán el órgano, al final de esta semana ocho habrán sido electos durante el sexenio de López Obrador.
La misión de la oposición –me dicen- será evitar que la Consejera Presidenta del INE, más los otros tres nuevos consejeros, sean personajes ligados con la 4T. Misión difícil pues ven que sólo seis de los 20 nombres que integrarán las 4 quintetas, de donde elegirán a quienes serán votados por el pleno de San Lázaro, son independientes “pero no los conocemos”, comentan.
De acuerdo con fuentes de las bancadas del PRI, PAN y PRD en el Palacio Legislativo, si fracasa la resistencia en San Lázaro se concretará el asalto al INE y su toma por la 4T a través de ocho conejeros afines. Este es el peor de los escenarios que tienen en Va por México y al que temen:
Los consejeros electos en 2020, apoyados por Morena, con los cuatro nuevos consejeros que se elegirán entre el 30 y 31 de marzo, garantizarían una mayoría de ocho votos por 4T contra tres en el Consejo General del INE y con ello la calificación de la elección federal 2024.
Aunque, hay que decirlo, eso pudiera no ser del todo cierto, pues las consejeras Carla Humprey y Norma Irene de la Cruz Magaña, y los consejeros Martín Faz y Uuc-kib Espadas, electos en 2020, han mostrado en sus votos cierta independencia ante el proyecto político y social de la 4T.
Así pues, en el proceso de elección de los cuatro nuevos consejeros electorales –entre ellos quien será la Consejera Presidenta del INE y ahí va el nombre de Bertha Alcalde- durante la última semana se abrieron varios frentes de cara a las decisiones que deberán tomar antes de que termine el pleno de San Lázaro:
En las negociaciones, la oposición ha pactado mantener firme un “bloque de contención” y votar en contra de cualquier perfil de candidato a consejero que tenga relación con Morena pues ven que de las 20 propuestas finales sólo hay seis perfiles que pudieran no estar alineados con la 4T, “pero no los conocemos”, me aclaran.
Pero en medio de esas negociaciones, sin comentarlo con sus aliados del PAN y PRD en San Lázaro, el PRI ha lanzado un guiño a Morena para eventualmente apoyar las propuestas de perfiles que tengan cercanía con la 4T y, en caso de no alcanzar la mayoría calificada, apoyar el modelo de insaculación (sorteo) entre 20 perfiles finalistas.
Otro frente es que en algunos sectores del PAN y del PRD ven con “sospecha” el guiño del PRI a Morena y advierten que de concretarse el apoyo tricolor a cualquier posición que impulse el partido guida Va por México entraría en crisis –como ocurrió con la Guardia Nacional- y pondría en riesgo ir juntos en la elección presidencial y legislativa, a la de la Jefatura de Gobierno de la CDMX y de los otros estados que se disputarán en 2024.
Y el frente más reciente: en la bancada de Morena comienzan a dividirse porque hay grupos que han decidido apoyar los perfiles que, creen, embonan con las aspiraciones políticas de tres corcholatas del presidente Andrés Manuel López Obrador, hay algunos que de plano y no quieren entregarle la presidencia del INE a Claudia Sheinbaum vía Bertha Alcalde.
La semana pasada, en este mismo espacio adelantamos que desde la más alta esfera de decisiones políticas se había ordenado empujar a Bertha Alcalde Lujan como próxima Consejera Presidenta del INE y que el Comité Técnico –donde cinco de los siete expertos que lo integran tienen cercanía con la 4T- apoyaría otros tres perfiles pro oficialismo para asumir también como consejeros durante nueve años, con lo que calificarían las elecciones presidenciales 2024 y 2030.
Los perfiles dados a conocer la víspera confirman que en la quinteta para elegir a la Consejera Presidenta del INE hay cinco mujeres, todas con vínculos con la 4T:
Una es hija de personajes de toda la confianza de AMLO y hermana de una integrante del gabinete, otra es hija de un exgobernador morenista y otrora funcionario federal de AMLO, otra es familiar del director de una paraestatal que creó AMLO, otra esposa de un subsecretario de Estado del gobierno de AMLO y una más cercana a un gobernador apoyado por AMLO.
En los pasillos de San Lázaro se preguntan: si la coalición opositora aventaja en 2024 al oficialismo, ¿qué va a hacer la presidenta morenista del INE a las 11 de la noche del día de la elección presidencial?, ¿se negará salir a dar el PREP en cadena nacional, desfavorable al candidato de Morena y sus aliados?, es pregunta.
La oposición sabe que si el PRI se dobla se pondrá el riesgo el modelo electoral mexicano vigente y la alianza opositora en 2024, y Morena sabe que están a punto de concretar una eventual mayoría a fin al proyecto de transformación del presidente López Obrador en la mesa del Consejo General del Instituto Nacional Electoral. La moneda está en el aire.
RADAR
Nos hacen ver que la diputada Carolina Viggiano fue la candidata más agredida durante el pasado proceso electoral. El hecho es grave y así quedó consignado en el “Claroscuro. Informe de Genero 2022” que elaboraron en el INE.
Contra ella hubo una campaña sistemática, nos aseguran. La acusaron de todo, esparciendo información falsa y atentado contra la integridad. En redes sociales se detectó que los ataques se concentraron en ella en un 87.7% y muchas veces utilizando bots.
Es decir, no se trató de la temperatura que suele subir en las contiendas, sino de hechos deliberados para hacer daño en un claro esquema de violencia política por razón de género.