Claudia y la lealtad

LAS BATALLAS

Francisco Reséndiz
Francisco Reséndiz Foto: larazondemexico

Para el mediodía del pasado miércoles Marcelo Ebrard sabía que las encuestas no le serían favorables a su aspiración presidencial… ocho horas después todas las tribus lopezobradoristas, hasta las más críticos al interior de la Cuarta Transformación, habían cerrado filas con Claudia Sheinbaum y con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Me dicen, gobernadores de la 4T consultados para este espacio, que no se trató sólo de una mera “cargada” de las fuerzas vivas del morenismo, sino de una “lógica pragmática espontánea” a fin de reducir al mínimo la potencia de Ebrard y empujar la disciplina para alinear a sus bases en torno a quien será su próxima candidata presidencial.

Con ello, buscan desactivar una crisis que aún puede estallar en el partido –o al menos reducir su impacto- con una eventual salida de Ebrard; al tiempo de seguir negociando posiciones para el grupo del excanciller tanto en un eventual gobierno liderado por Sheinbaum como en el Congreso de la Unión y los nueve gobiernos locales en disputa en 2024.

Y si, en unas horas, AMLO y Sheinbaum alinearon a las otras tres corcholatas, al PT y al PVEM rumbo al 2024. Y la lealtad se puso sobre la mesa y se impuso en todos los frentes morenistas, salvo en el de Ebrard.

Como lo comentamos en esta columna hace una semana, se habían formado alianzas internas, una entre Sheinbaum y Adán Augusto y otra entre Ebrard y Monreal; la primera se mantuvo y pese a su fragilidad y hoy el tabasqueño se perfila como opción para coordinar la campaña presidencial de Morena.

En la otra, mientras Ebrard tronó, Monreal se mantuvo en el partido sin hacer escándalos públicos, apechugando los resultados de las encuestas que lo ubicaron al fondo (superado por Fernández Noroña y hasta por Manuel Velasco) y decantándose para buscar la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, como también lo adelantamos en este espacio.

La designación de Sheinbaum para encabezar los trabajos de la 4T rumbo al 2024, para que después sea su candidata presidencial refleja, me dicen los liderazgos consultados, que López Obrador mantiene claro su objetivo de concretar un cambio de régimen y que ello pasa incluso por romper el techo de cristal en la Presidencia de la República.

López Obrador conoce bien a cada uno de los cuatro cuadros que jugaron desde Morena en su sucesión y optó por respaldar a la única que garantiza la continuidad de su movimiento y del proyecto de nación que sueña desde su visión de izquierda. Además, Sheinbaum es la única que no tenía pasado priista y la más leal, aunque otros piensen que ellos son.

No sólo eso. López Obrador sabe a fondo el pasado de Sheinbaum. Sabe de su formación como académica y científica, de su lucha contra el neoliberalismo y contra el intento de “privatizar” a la UNAM en los 80. Sabe que es una feminista, que esta alejada del populismo y del extremismo ideológico pero que es absolutamente leal a la 4T.

En el 2000, AMLO la integró a su gabinete. Cuando se dieron los videoescandalos de Ahumada y fue exhibido quien en ese momento era su esposo: Carlos Imaz, Sheinbaum de inmediato se desvinculó y posteriormente rompió su relación y su matrimonio. Del 2006 al 2018 siguió al lado de López Obrador desde las trincheras que tuvo. Por algo AMLO la perfiló en 2015 como delegada en Tlalpan para luego ser Jefa de Gobierno.

Y sabe que el grupo compacto de su futura candidata presidencial –integrado por Martí Batres, Andrés Lajous Loaeza, Omar García Harfuch, Rosa Icela Rodríguez, José Alfonso Suárez del Real, Luz Elena Escobar y Ernestina Godoy Ramos- son garantía de lealtad para seguir con su legado. ¿Y Ebrard?, pues como en el 2000 y 2012, lo hizo a un lado por tercera vez para imponer sus intereses sobre su amistad. ¡Sopas!

RADAR

Nos comentan que en breve el titular del IMSS, Zoé Robledo, habrá de pronunciarse sobre una denuncia de médicos internistas y cardiólogos —que ya se ha entregado en Palacio Nacional—sobre, como ya lo hemos comentado en este espacio, presuntas licitaciones a modo y compra de insumos y medicamentos a sobreprecio en el instituto por casi 6 millones de pesos mensuales.

Nos adelantan que ya se preparan denuncias ante la Secretaría de la Función Pública, la Auditoría Superior de la Federación, la UIF y la FGR por la operación de una empresa Vitalmex y que hoy puede alcanzar a Nemesio Ponce Sánchez, Coordinador de Políticas de Salud. En el Seguro nos dicen que si se comprueban malas prácticas no se protegerá a nadie.

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Carlos Urdiales