Tras 27 años de gobiernos divididos, donde la correlación de fuerzas evitó la construcción acelerada de acuerdos en el Congreso de la Unión, el nuevo gobierno ha dado instrucciones para que la aplanadora legislativa de la 4T consolide a la brevedad las bases que den al gobierno efectividad en los compromisos adquiridos.
Me dicen que pese a la convicción de la Presidenta de la República de no incrementar los impuestos o crear nuevos a fin de atender toda la agenda de desarrollo económico, social y de infraestructura que fijó en el marco de su investidura hay algunos sectores dentro de la 4T que exigen una nueva reforma fiscal.
La semana pasada circuló entre las bancadas del Senado un estudio del Instituto Belisario Domínguez donde se analiza la agenda legislativa de la presidenta Sheinbaum y se lanza una pregunta: “¿Reforma fiscal?”; recuerda que un tema esbozado en campaña fue la de una reforma que permita financiar el gasto social y los proyectos del nuevo gobierno.
El instituto citó: “Hasta ahora la 4T ha puesto el énfasis en la austeridad del aparato de gobierno y en el cobro de los impuestos no pagados por los grandes contribuyentes, pero esa política ya llegó a su límite y no se puede eludir el tema de una reforma fiscal. Y es que un proyecto de gasto social y en infraestructura como el que anima a la 4T no es viable con un fisco relativamente pobre”.
El estudio —de acuerdo con legisladores de la 4T y de oposición consultados por este columnista— despertó comentarios en corto. Algunos defendían la oportunidad de lanzarla lo antes posible pues está viva la “luna de miel” del nuevo gobierno con la mayoría de la población y los sectores de la producción.
Pero también dentro de la 4T hay un grupo que exige no intervenir con la agenda social y de derechos que ha anunciado la Presidenta de la República, más allá de la continuidad a los temas recién desahogados como la reforma al Poder Judicial y el traslado de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
Expertos del Instituto Belisario Domínguez esperan que de empujarse una nueva reforma fiscal se trate de una de carácter progresivo y con miras a atacar la desigualdad, pues se argumenta desde la 4T que: “la pobreza relativa del fisco resalta frente a la concentración de la riqueza privada”.
Y advierten: “El reto de esta reforma será adaptarse a un contexto de posible recesión económica, además de enfrentar los costos políticos que conllevan inevitablemente este tipo de decisiones”. Entre los empresarios, me aseguran, hay incertidumbre ante la experiencia del decir y el hacer en la 4T.
Pero, ¿y los legisladores de oposición?, simplemente se encuentran pasmados, en la lona, sin reaccionar y sin pretender, por el momento, dar la batalla al oficialismo tras las apabullantes derrotas que han tenido en el primer mes de esta legislatura y en el arranque del segundo piso de la Cuarta Transformación. Así los nuevos tiempos del nuevo gobierno de la nueva realidad política de los mexicanos.
RADAR
ARRANQUE. Desde tierras queretanas nos comentan que en su toma de protesta como alcalde del municipio de Corregidora, Josué “Chepe” Guerrero estableció una serie de compromisos para fortalecer el tejido social, elevar la calidad de vida de la población y garantizar el bien común.
Entre los compromisos que estableció “Chepe” Guerrero destacan que nadie en el municipio pase hambre, que en las próximas semanas lanzará el proyecto "Pirámides", un espacio para que las familias convivan, aprendan y crezcan y en términos de infraestructura dijo que su administración será recordada por impulsar obras que impacten en la calidad de vida de la gente.
Otras de las acciones que comprometió el edil de Corregidora que llamó la atención a la clase política del estado es que sabedor de que no se puede prosperar si no se garantiza la tranquilidad en las calles, el gobierno de Chepe Guerrero —nos hacen ver— implementará estrategias que fortalezcan la seguridad, combatiendo la delincuencia con inteligencia, proximidad y tecnología.
Encarrerado, el edil panista recalcó que las mujeres y los jóvenes de Corregidora serán prioridad en su gobierno, por lo que creará programas que fortalezcan su desarrollo económico y social. Claro y contundente, Chepe Guerrero dijo que es el momento de avanzar a paso firme, construyendo un Corregidora unido y próspero, donde el bienestar de todos sea la meta común.