Mientras que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación perfila avalar sin ninguna estridencia jurídica la elección de Claudia Sheinbaum como la primera mujer que encabezará la Presidencia de la República, el partido oficial se reorganiza y las principales fuerzas políticas de oposición se han hundido en disputas y divisiones internas.
En este momento, me confirman en las diferentes dirigencias nacionales partidistas, el diálogo entre la oposición y el oficialísimo de la 4T está como estaba antes de la jornada electoral del 2 de junio: simplemente es inexistente. Morena sabe que tiene un respaldo ciudadano abrumador y la mayoría en el Legislativo y la oposición viven la pelea por comandar su futuro.
Morena tendrá un nuevo liderazgo con el sello del presidente Andrés MAnuel López Obrador pues hoy se perfilan en la persona de Luisa María Alcalde, actual secretaria de Gobernación, y Jesús Ramírez Cuevas, vocero de la Presidencia de la República para dirigir al partido guinda a partir de septiembre próximo; no se avizora ningún choque, sólo la disciplina lopezobradorista.
Pero en la oposición las cosas están que arden:
En el PAN hay una lucha interna donde los panistas puros, las familias fundadoras, los expresidentes Fox y Calderón y hasta jóvenes azules quieren cobrarle a su líder nacional Marko Cortés la alianza con el PRI y el PRD que llevó a Acción Nacional a ser avasallado por el Presidente, el morenismo, y por sus errores.
Jorge Romero, con quien tiene un acuerdo político de colaboración, se perfila hoy como el panista que logra más apoyos para ser, también en septiembre tras una elección abierta a militantes, como el nuevo líder del panismo nacional, dejando en el camino a Adriana Dávila y a Damián Zepeda.
La decisión de Alejandro Moreno Cárdenas para mantenerse al frente del partido por al menos 4 años más y luego, oootra vez, reelegirse para encabezar lo que quedó del PRI tras su segunda derrota electoral consecutiva frente a la izquierda, hasta 2032, ha evidenciado su control de los órganos de gobierno del tricolor.
Está viva la decisión de priistas críticos de “Alito” —como un grupo de expresidentes, de Roberto Madrazo, del peñaniestismo personificado en el exsecretario de Educación y futuro diputado Aurelio Nuño, y de sectores muy cercanos a Manlio Fabio Beltrones— de enfrentarlo dentro y fuera de la escena pública, “por el rescate del partido”.
Y mientras el PRD de Jesus Zambrano, que en diciembre entrará en proceso legal de extinción ante el INE, se prepara en medio de críticas al liderazgo de “los Chuchos”, para lograr un nuevo registro ante los órganos electorales a partir de su presencia vigente en 14 entidades y la mínima presencia que tendrá en ambas cámaras del Congreso de la Unión.
Pero hay un actor más. El sinaloense-nayarita Guadalupe Acosta Naranjo comienza a perfilarse como el eje aglutinador para crear un nuevo partido político, donde con el respaldo de personajes clave que empujaron la “Ola Rosa” (entre intelectuales y poderosos empresarios) conformar un nuevo partido político.
Así, pese a las vacaciones de verano y el silencio en la escena pública, las fuérzalas políticas pelean y tejen acuerdos internos para definir el escenario en el que Claudia Sheinbaum ejercerá el poder presidencial a partir del 1 de octubre.
RADAR
POLVAREDA EN EL INAI
En medio de la polvareda que se ha levantado por los Viajes de Trabajo que hacen los miembros del Pleno del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la información y Protección de Datos (INAI), hay que recordar que esos recursos son gastados en comisiones de trabajo y pasaron etiquetados en el Presupuesto que conocieron y autorizaron en la Cámara de Diputados. Es información pública, pues. De manera que —nos aseguran— los señalamientos son fuego de artificio que ha salido desde oficinas públicas. Ahí, saben perfectamente que toda la información es pública y que pasó por San Lázaro bajo los ojos del morenismo.
MENSAJE AL EDÉN
El caso del expriista Jesús Alí de la Torre, que dimos a conocer en este espacio a partir de la denuncia púbica sustentada legalmente por un empresario que sostiene que el tabasqueño le fabricó un delito de homicidio y ordenó su detención para extorsionarlo y arrebatarle una propiedad, nuevamente llegó a la mañanera.
López Obrador aprovechó la denuncia de un periodista en el sentido de que Alí se quiere meter a “rajatabla” al gobierno morenista para lanzar un sinnúmero de halagos al próximo gobernador de su estado natal, Javier May. Pero también dejó claro: May debe cuidar que no se aprovechen de la 4T quienes no tienen principios, ideales ni amor al pueblo.
Hay algo que debe quedar claro: este caso no se trata de un asunto político patrocinado por actores relevantes de Tabasco, sino que se trata de un empresario que busca, por todos los medios, enfrentar a Jesús Alí de la Torre en los tribunales en igualdad de circunstancias y sin miedo a que el poder político proteja a alguien que le hizo tanto daño, nos dicen.