Hoy es un día histórico. Con el ascenso de Claudia Sheinbaum a la Presidencia de la República las mexicanas han roto el “techo de cristal” en la esfera política. Sin embargo, esta nueva era para México arranca con una enorme cantidad de pendientes para lograr armonía en la sociedad al tiempo de reivindicar el lugar de las mujeres en el desarrollo nacional.
El que inicia hoy será un gobierno con un perfil progresista, feminista y de derechos —me dicen en el equipo de la hoy Presidenta de la República— y tienen claro que desde el primer minuto Sheinbaum lo hará sentir; hará sentir que las mujeres mexicanas han roto esa superficie superior invisible, impuesta por el machismo, que impide su avance en todos los rubros.
En sectores duros del feminismo, me comentaban anoche, exigen un pronunciamiento de la presidenta Sheinbaum para dejar claro que este es su momento y que, si bien hay afinidad política con el ya expresidente López Obrador, no debe haber dudas en torno a la posibilidad de subordinación a él como hombre y político.
“Eso es impensable. Por congruencia y convicción de la Presidenta. No lo permitirá”, me dijeron.
Pero las cosas no están fáciles para la nueva Jefa del Estado Mexicano. Tendrá que imponer acciones efectivas para atender la desigualdad económica entre mujeres y hombres, garantizar para ellas un verdadero acceso a la salud, independencia emocional y económica, acceso a la educación, seguridad social, y combatir la discriminación, la pobreza y la violencia de género en todas sus expresiones… y que tiene su más aberrante expresión en los feminicidios.
“Vamos a construir un verdadero sistema de justicia para el país, para las mujeres de México… Que (las mujeres) tengan acceso a la justicia y que haya cero impunidad porque —que se oiga bien— queremos erradicar los feminicidios en nuestro país, nunca más que una mujer muera por el solo hecho de ser mujer”, comprometió Sheinbaum en enero pasado.
Si bien en el equipo de la presidenta Sheinbaum se mantiene un firme optimismo para cambiar las cosas, veamos sólo algunas cifras que reflejan un poco algunos de los grandes retos que tendrá el nuevo gobierno de la República para garantizar un México de derechos con igualdad entre hombres y mujeres.
Un estudio conjunto elaborado por el IMCO, Inmujeres y ONU Mujeres México, advierte que en el país hay poco más de 53.3 millones de mujeres mayores de 15 años en México de las cuales 24.7 millones participan en el mercado laboral y de ellas 13 millones trabajan en la informalidad (5 millones son emprendedoras) 11.7 millones en la formalidad ( de ellas 1.1 millones son emprendedoras).
El mismo estudio también hace ver que el 69% de las 28.5 millones de mexicanas mayores de 15 años, que no están en el mercado laboral, se dedican a las tareas y cuidados del hogar sin recibir ningún ingreso por ello, pero destinando más de 40 horas semanales, los hombres dedican en promedio 16 horas semanales a atender temas del hogar.
Al menos 55% de las mujeres mexicanas que tienen un empleo lo tienen dentro de la informalidad, lo que implica que más de la mitad de las trabajadoras en el país no tiene certidumbre jurídica, carece de acceso a servicios de salud y no cuenta con prestaciones laborales. La informalidad también implica que las mujeres en esa situación ganan, en promedio, 48% menos que sus pares en trabajos formales, advierte el estudio tripartita.
El estudio de marzo pasado advierte que en promedio las mujeres ganan 6 mil 360 pesos al mes, mientras que los hombres perciben 9 mil 762 pesos, lo que se traduce en una brecha de ingresos de 35% de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH). Es decir, por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer recibe 65 pesos.
Tres de cada 10 mujeres han enfrentado violencia laboral a lo largo de su vida, principalmente enfrentan actos de discriminación, menos oportunidades que los hombres para ascender o recibir un mejor sueldo. Sin embargo, sólo 8% de ellas solicitó apoyo o denunció la discriminación , ello por considerar que es algo normal o por amenazas.
En el ámbito privado, las mujeres ocupan en promedio sólo 4% de una dirección general, en tanto que en el ámbito público México es el tercer país de América Latina con menor presencia de mujeres en los puestos de mayor nivel jerárquico en el sector público.
En materia de violencia, de acuerdo con Inmujeres se estima que 9% de los hogares mexicanos experimentaron alguna situación de violencia familiar donde la víctima principal es la mujer, pero veamos sólo a uno de los sectores más vulnerables, las mujeres de 0 a 17 años, nuestras niñas y adolescentes.
El INEGI, a noviembre pasado, refiere que el Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal —que recaba y sistematiza las averiguaciones previas de las fiscalías estatales— apunta que se registraron al menos 59 mil delitos con víctimas niñas y adolescentes en 2022, con una tasa de 305 delitos por cada 100 mil niñas y adolescentes femeninas, el doble de la tasa sobre niños y adolescentes varones.
Ese año, de acuerdo con ese estudio que es el más reciente del INEGI en el rubro, fueron asesinadas 644 niñas entre 0 y 17 años, hubo 139 feminicidios de niñas. Datos del área de seguridad del gobierno federal revelan que los principales delitos cometidos en contra de las mujeres, a cualquier edad, son los relacionados con el abuso sexual y la violación sexual.
Además en promedio diario en México 183 mujeres son víctimas de lesiones dolosas, y se han llegado a contabilizar 10 feminicidios por día, además de hasta 230 homicidios de mujeres no vinculados a razones de género.
Pero hay avances que pueden cambiar este escenario. Entre 2006 y 2024 la brecha de género en altos puestos de decisión política tuvo una evolución acelerada. Mientras que en 2006 las mujeres representaban el 26% de los plenos de ambas cámaras, en 2024 alcanzó una representación entre hombres y mujeres que rozó el 50-50.
En posiciones de secretarías de Estado hoy las mujeres representan un 42% del gabinete presidencial. Pero en mandos superiores del gobierno federal representan el 33%, subsecretarías el 30%, jefas de unidad 28% y direcciones generales 34%. Por cada 100 pesos pesos que gana un hombre, la mujer gana 87 pesos en el servicio público.
Existe otro dato revelador: en México, 75% de las personas que cuidan a sus familiares —hijos o padres o personas con una discapacidad— son mujeres, ellas dedican 38 horas a la semana a labores del hogar y cuidados sin recibir un pago. Esto les impide estudiar, acceder a empleos remunerados, emprender o simplemente descansar.
La presidenta Sheinbaum encabezará un gobierno, con un perfil feminista, que enfrentará un escenario en el que las mujeres sufrieron un abandono histórico y en el que hoy luchan por una equidad real. Es su tiempo y su momento para dejar claro que las mujeres mexicanas han roto el techo de cristal en la esfera política.
RADAR
Hoy inicia una nueva era.