Francisco Reséndiz

¿El sepulturero del PRI?

LAS BATALLAS

Francisco Reséndiz*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Francisco Reséndiz
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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* Te fuiste un martes al mediodía, gracias papá

Tras la derrota en el Estado de México, al interior del PRI se gesta una rebelión de grandes dimensiones que pudiera golpear a “Va por México” y hundir la estrategia de las fuerzas políticas, sociales y ciudadanas que perfilan un solo polo opositor rumbo a la elección presidencial del próximo año.

Exgobernadores consultados por este columnista confirman que van por la cabeza de su líder nacional, Alejandro Moreno Cárdenas. En su lógica, a la par de la falta de la competitividad del PRI bajo el liderazgo del campechano ha habido manejos que deben ser investigados en torno a la imposición de candidatos y el manejo de sus campañas.

Los números de “Alito” no le ayudan mucho. En los hechos el PRI ha perdido al menos 20 elecciones, las ganadas son con alianzas o candidatos de otros partidos. Cuando recibió la dirigencia del partido en agosto de 2019 el tricolor gobernaba en 12 entidades, hoy solo sobrevive en Coahuila y Durango, con candidatos que no permitieron imposiciones del CEN.

El PRI de Alito Moreno ha perdido Sonora, Sinaloa, Tlaxcala, San Luis Potosí, Hidalgo, Oaxaca, Guerrero, Colima, Campeche y el Estado de México, ganó Durango y Coahuila y logró incrementar la presencia del tricolor en San Lázaro para colocarlo como tercera fuerza política.

Ayer, líderes del PRI, PAN y PRD se dieron a la tarea de difundir la narrativa de que son competitivos ante la aplanadora morenista que, por cierto, con sus aliados del PVEM y PES ya gobierna en 23 entidades.

Los dirigentes se apresuraron a sumar los votos obtenidos en Coahuila y Estado de México, afirmaron que mientras Va por México logró 3 millones 494 mil 061 votos, Morena y sus aliados lograron 3 millones 548 mil 410 sufragios. Afirmaron que están en posición competitiva rumbo al 2024.

Pero el desastre no sólo es con los resultados electorales sino en el liderazgo para mantener la cohesión del partido. Moreno Cárdenas tiene el control de todos los órganos de dirección y ha impuesto dirigentes en casi todas las entidades. Vaya, la estructura es suya, pero ha roto con la mayoría de los exgobernadores; los casos más visibles son en Estado de México, Hidalgo, Oaxaca, Sinaloa y Sonora.

De acuerdo con priistas mexiquenses, la decisión de Moreno de abandonar a Alejandra del Moral cuando aceptó su derrota, para ir a celebrar a Coahuila con Manolo Jiménez fue el último clavo al ataúd de la relación entre el líder del partido y el gobernador del estado de México.

De acuerdo con la lectura de líderes priistas mexiquenses, los mensajes de Paloma Sánchez, vocera del CEN del PRI y uno de los personajes de la mayor cercanía con el líder partidista contra el mandatario denotan una ruptura definitiva.

ADIÓS PAPÁ

Don Joaquín Reséndiz se fue un martes al mediodía. Murió como deben morir los hombres buenos: en su cama, tomado de la mano de su mujer y rodeado por sus hijos. Fue un hombre, como miles de mexicanos, que siempre se impuso a la adversidad por muy duros que fueran los tiempos.

Originario de San Cristóbal, un pequeño pueblo en la Vega de Metztitlán, Hidalgo, migró en la década de los 60 a la Ciudad de México. Fue bolero en baños públicos, velador, bodeguero. Apenas sabía leer y escribir. Con base en empeño y sacrificio se hizo de una vida. Al lado de una mujer maravillosa construyó un hogar y dio estudios universitarios a cuatro hijos.

Ya jubilado estudió y terminó la primaria y luego la secundaria. Leía igual “Las venas abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano que La Biblia y las encíclicas de los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Era un hombre culto que sabía de la lluvia y la tierra, de la importancia de los estudios y del trabajo, el amor y la lealtad a la familia.

Mi papá era espectacular y nos amaba. A sus cuatro hijos e hijas nos enseñó a nunca darnos por vencidos. Le gustó correr y corrió maratones, medios maratones, carreras cortas, presumía sus medallas… corría para sentirse libre y dar ejemplo de orgullo y pundonor, de amor a la vida… quería que su familia estuviera orgullosa de él… y lo logró.

Mi Papá ya descansa, mi Mamá Claudia es objeto de todo el amor de sus hijos Ana Claudia, Joaquín, Lidia y el que aquí escribe, de sus nietos y de toda la familia. Gracias Papá, nos veremos algún día pero te prometo que no será pronto, aquí estaré para vivir con plenitud este noble oficio del buen periodismo.