A casi un mes de la paliza del 2 de junio, Xóchitl Gálvez decidió romper con lo que hicieron otros candidatos presidenciales derrotados: no va a culpar a nadie en público por el desastroso fracaso de la oposición, tampoco habrá de quedarse en la sombra y mucho menos en silencio lamiéndose sus heridas. Tiene un plan.
Tiene claro que en el escenario político nacional hay un enorme vacío y está decidida a ocuparlo… siempre acompañada de la sociedad civil. En adelante —nos dicen en su primer círculo— mantendrá un enérgico activismo opositor inteligente, de diálogo, sin dogmas partidistas ni de estridencias innecesarias… y que apueste al futuro.
Ante la Presidenta de la República más votada en la historia de la democracia mexicana, como lo es Claudia Sheinbaum, lograr un contrapeso opositor al margen de los partidos políticos será más que sano para el país: la fórmula será la construcción de una gran ola nacional que desde lo social pueda enfrentar el movimiento lopezobradorista.
Ni el PRI ni el PAN piensan, por el momento, mantener su alianza electoral, quizá sí la legislativa para intentar frenar la aplanadora morenista en San Lázaro y a través de la negociación detener los temas sensibles en el Senado… será casi imposible. Mientras, el PRD estará ocupado en su reconstrucción ya como nuevo partido político.
Será ahí, una vez agotado el bono democrático de Sheinbaum y el fin de la luna de miel que se da con la sociedad al inicio de cada mandato presidencial, donde Gálvez incidirá en el escenario recorriendo todo el país, con un discurso —me comentan— disruptivo ante el nuevo mapa político del país teñido de guinda.
Sus colaboradores ven a la ex candidata presidencial de oposición como “una mujer muy fuerte”, con la cabeza arriba y echada para adelante y lista para iniciar una nueva etapa, por su cuenta y al margen de los partidos políticos que la abanderaron. Por eso ese recorrido va más allá de dar agradecer el apoyo que recibió de sus simpatizantes y activistas.
¿Formar un nuevo partido político? No por el momento. Primero quiere escuchar a la gente, a sus simpatizantes, palpar a nivel de tierra: en barrios, colonias, ejidos, en las comunidades, en las ciudades ya después, con la evolución de Sheinbaum al frente del país habrá de analizarlo… pero en este momento nada de crear una fuerza a partir de la Marea Rosa.
Y en esa oposición, Xóchitl ya disparó sus primeros tiros y su personaje central, al menos de aquí al 1 de octubre, será el presidente Andrés Manuel López Obrador. Ya evidenció que el Ejecutivo incurrió en violencia política en razón de género en su contra, acusó a la 4T de perseguir con la UIF al periodista Carlos Loret, ha mantenido sus críticas por el sistema de salud y la militarización de la Guardia Nacional.
Mientras que la presidenta electa prepara el arranque de su mandato, Xóchitl se prepara para ser el referente de la oposición al cambio de régimen que ha iniciado el presidente López Obrador y que a partir del 1 de octubre iniciará la construcción de su segundo piso. ¿La dejarán?
RADAR
AGANDALLE
Como cada fin de sexenio, nos comentan, se repite el desfile de empresarios cumpliendo, aparentemente sin falta, con sus contratos con el gobierno federal. No obstante, algunos (de los que por el momento me reservaré su nombre) se destacan por prácticas cuestionables y abusivas.
De acuerdo con fuentes consultadas, estos empresarios “gandallas” han optado por una estrategia. La táctica no se limita a esconder su trabajo sino que han advertido a los funcionarios que no insistan en ver cómo van los avances so pena de no hablar bien de ellos a las administraciones entrantes. O sea “quemarlos” para dejarlos sin trabajo. En fin. Esos empresarios no solo burlan la ley sino que ponen en jaque a las instituciones y el futuro de los servidores públicos. ¿Será este el sexenio en el que se ponga un alto?
LA DERECHA DURA
Y sí. Después del contundente triunfo de Morena, quienes no han dejado de capitalizar el desfondamiento de las oposiciones han sido los líderes de México Republicano, quienes se han puesto como meta alcanzar su registro como partido político nacional en el 2025.
Juan Iván Peña Neder, Gricha Raether y Larry Rubin, han sostenido ya un buen número de reuniones con empresarios y líderes sociales que ven con buenos ojos esta opción pro americana y conservadora sí, pero —nos aseguran— que quienes la etiquetan de radical se equivocan pues su objetivo no son "los mochos", sino la clase media que, ante la reducción del PAN y el declive del PRI, carece hoy de representación real.
Para ello, apuestan por reconocer los avances de la izquierda y su atención a los más necesitados, pero no dejan de ver el horizonte del mediano y largo plazo en el que, según ellos, mediante la activación económica se puede detonar el atender ese sector económico medio que se ha olvidado y para ello no niega sus vínculos con Donald Trump, quien se perfila nuevamente para presidente del país vecino. ¡Abusados con la derecha real!