La ciencia en tiempos del Covid-19

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod
Gabriel Morales Sod Foto: larazondemexico

Pocas semanas después de la victoria de Trump en 2016, cuando era estudiante en la ciudad de Nueva York, me encontré en una manifestación peculiar “a favor de la ciencia”. Aunque enseguida entendí la importancia de tal protesta, en muchos momentos las consignas me parecieron risibles. He estado en muchas manifestaciones, pero nunca se me ocurrió que tendríamos que salir a las calles a defender no sólo los fondos necesarios para el avance de la ciencia, sino la validez del método científico como el camino más preciso para aproximarnos a la verdad. En las últimas dos décadas, junto con el inicio de la crisis del liberalismo, la ciencia se ha convertido en uno de los blancos preferidos de la derecha.

El populismo autoritario encontró en la ciencia, y particularmente en los científicos, un enemigo perfecto; hombres y mujeres, en su mayoría liberales, que pertenecen a la clase que se ha beneficiado del modelo globalizador. Así fue como los negacionistas del cambio climático pasaron de ser un grupo reducidísimo de científicos esotéricos a luminarias internacionales. Sin embargo, el ataque a la ciencia no se detuvo allí. Particularmente desde la elección de Trump, el ataque a la ciencia se ha profundizado en Occidente, afectando los presupuestos de institutos y universidades y, aún más importante, la percepción del público, que poco a poco ha perdido confianza en la ciencia y sus instituciones.

Entonces llegó el Covid-19. En pocos días, la comunidad científica, a pesar de los recortes y ataques de los últimos años, no dudó en ponerse a la orden del quizás esfuerzo científico internacional más importante en la historia. En unos cuantos días se produjeron las primeras vacunas, permitiendo su fabricación en un tiempo récord de sólo un año después de que iniciaran las pruebas. No sólo esto, la comunidad médica decidió cooperar de manera inédita, otorgándonos algunos de los medicamentos que han salvado las vidas de millones de enfermos de coronavirus. No obstante, los ecos del autoritarismo de derecha y de grupos esotéricos de izquierda continuaron atacando a la ciencia durante este año, criticando el uso de cubrebocas, manifestándose en contra de las vacunas. En muchas ocasiones, durante esta crisis, los científicos se han equivocado; las predicciones del avance del virus han sido inexactas; medicamentos que se creyeron efectivos resultaron ser perjudiciales. Todos estos errores han dañado la credibilidad de la comunidad científica.

Sin embargo, el problema no está en los errores de estos científicos, sino en la percepción errónea de que un descubrimiento o predicción científica es equivalente a la verdad. La ciencia es simplemente el mejor método, de ninguna manera infalible, para aproximarnos a la verdad, nada más. Es precisamente este método el que nos ha permitido iniciar la campaña de vacunación más ambiciosa de la humanidad, trayendo luz a la oscura vida de 2020.

Temas: