La historia inacabada de los judíos en Etiopía

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Gabriel Morales Sod*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Cuando entré hace dos semanas al centro de la comunidad en Gondar, Etiopía, cientos de hombres y mujeres terminaban el primer rezo del día según la tradición judía. Ellos son parte de los más de doce mil etíopes, descendientes de judíos que fueron obligados violentamente a convertirse al cristianismo en el siglo XIX, que han regresado a su antigua fe y esperan reunirse con sus familias en Israel —seis mil de ellos tienen por lo menos un familiar directo en Israel.

Según la leyenda bíblica, los judíos etíopes provienen del matrimonio entre el Rey Salomón y la Reina de Saba, que dieron a luz al rey Menelik I de Etiopía. Las primeras evidencias históricas que se tienen de la comunidad judía datan de 1490. Los judíos etíopes, como sucedía igualmente a miles de kilómetros al norte, en Europa, tenían desde el siglo XVII prohibido tener tierras en posesión, y en el siglo XIX misioneros protestantes de la Sociedad de Londres para la Promoción del Cristianismo entre los Judíos les impusieron un largo proceso de conversión forzosa. El primer encuentro entre judíos de Etiopía y judíos de Europa se dio a mediados del siglo XIX, cuando Joseph Halevy, un orientalista y viajero francés, consternado por la situación de los judíos de Etiopía, viajó hasta ese país a encontrarse con la comunidad. Por cientos, tal vez miles de años, los judíos etíopes habían conservado la tradición judía, aislados completamente del resto de los judíos. El sábado era su día sagrado y pensaban que además de ellos no quedaban más judíos en el mundo.

Desde aquí emprendieron el camino hacia Sudán en 1980; cuatro mil murieron en el trayecto.
Desde aquí emprendieron el camino hacia Sudán en 1980; cuatro mil murieron en el trayecto.

Después de la formación de Israel en 1948, algunos de ellos trataron de emigrar al nuevo país, pero el emperador Haile Selassie prohibió su salida del imperio. Las siguientes décadas fueron años difíciles en Etiopía. Después de que la junta comunista, liderada por el coronel Mengistu Haile Mariam, tomara el poder y derrocara al imperio, surgió un clima antisemita en el país. En la década de 1980 miles de etíopes murieron en la guerra civil y en hambrunas masivas.

La historia que se conoce cuenta que Israel, alarmado por el estado de los judíos en Etiopía, los reconoció por ley y el Mossad organizó una operación secreta para salvar a miles de ellos. Lo que menos se sabe es que fueron activistas etíopes y sus aliados quienes presionaron al gobierno israelí para actuar. Un día por la noche, miles de judíos escaparon del régimen de Mengistu, caminando por un mes hacia Sudán, donde en aviones sin asientos, para que cupieran un mayor número de personas, el Mossad los llevó hacia Israel en lo que se dice fueron los vuelos más llenos de la historia de la aviación; se calcula que cuatro mil de ellos murieron en el arduo camino hacia Sudán.

Cementerio judío de principios del siglo XX, Gondar.
Cementerio judío de principios del siglo XX, Gondar.

Hoy hay más de 165,000 judíos etíopes en Israel. La transición de una vida enteramente rural a un país urbano occidental no fue fácil. La idea romántica que muchos tenían sobre “Jerusalén” se encontró con la realidad compleja del país. El Estado, durante el gobierno de Itzhak Rabin, invirtió masivamente para otorgarles vivienda pública y esta inversión impulsó su integración. Sin embargo, la discriminación laboral y la violencia policial en su contra siguen siendo hoy en día una realidad.

En el 2002, veinte años después de la operación del Mossad, el rabino Ovadia Yossef, líder espiritual del país en ese entonces, decidió que todos aquellos que fueron convertidos al cristianismo por la fuerza deberían de ser reconocidos como judíos. Fue así como el gobierno, lentamente, ha recibido a miles de etíopes más. Algunos argumentan que quienes esperan hoy en día en los campos no son judíos de verdad y buscan aprovecharse del sistema para emigrar a un país mejor. Ciertamente ése no es el caso de decenas de personas que conocí hace un par de semanas. Algunos de ellos tienen familiares en Israel desde 1980. Miles de ellos viven separados de sus familias. Todos han adoptado el judaísmo como forma de vida, viviendo un limbo insoportable: mientras Israel se niega a aceptarlos, en Etiopía no los contratan para ningún trabajo. La comunidad se sostiene con ayuda humanitaria de la comunidad judía estadounidense.

En la comunidad de Gondar, doce mil personas esperan emigrar a Israel.
En la comunidad de Gondar, doce mil personas esperan emigrar a Israel.

A pesar de que la historia de los orígenes de la comunidad es muy singular, la historia de la persecución de los judíos en Etiopía nos es a todos familiar. Mientras que en Europa los judíos sufrieron exterminio y en el Medio Oriente deportaciones masivas, en Etiopía la comunidad sufrió un proceso de conversiones forzosas ¿No es el Estado de Israel un refugio para los judíos que sufren o sufrieron persecución?

En el vuelo de regreso, viajé con más de 130 emigrantes etíopes que después de años esperando recibieron autorización para convertirse en israelíes. Éstos son los últimos miembros de la comunidad que, por el momento, Israel ha aceptado. La tensión durante el vuelo se transformó en euforia cuando se abrieron las puertas del aeropuerto y sus familias corrieron a abrazarlos.

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