La exitosa visita del presidente Biden a México marca un parteaguas en la relación entre el presidente estadounidense y López Obrador, dejando atrás momentos de fricción entre ambos líderes después de la llegada al poder de Biden hace dos años. A pesar de que el expresidente Trump ganó la elección presidencial en 2016 con la promesa de construir un muro y con epítetos racistas en contra de migrantes mexicanos, el tan anunciado ofrecimiento nunca se materializó, y de manera un tanto sorpresiva la relación entre ambos países estuvo marcada por un aura de independencia, un contraste importante con la política intervencionista de Estados Unidos en décadas anteriores.
Éste fue un éxito importante para AMLO, quien vio la llegada de Biden al poder como una posible amenaza a su proyecto de nación y a la soberanía mexicana. Es por esto que durante los primeros dos años después de la llegada del demócrata a la Casa Blanca, AMLO trató de reforzar su independencia política del vecino del norte, negándose a participar en la Cumbre de las Américas —después de que se decidiera excluir a Cuba y Venezuela de ésta— y criticando la intervención del gobierno estadounidense en la política interna mexicana, acusando a Washington de financiar a grupos opositores.
El equipo de Biden trabajó arduamente en los últimos meses para reforzar su compromiso con la soberanía mexicana. En un momento de profunda crisis internacional, en el que Estados Unidos está involucrado no solamente en un conflicto armado en Ucrania, sino también en una guerra comercial con China, mejorar las relaciones con México se ha convertido en una prioridad de Washington. Además de que el apoyo del gobierno mexicano es esencial para combatir dos de las crisis más importantes de la sociedad estadounidense —la llegada de miles de migrantes centroamericanos y el tráfico de fenatilo, sustancia cuyo abuso se ha convertido en la principal causa de muerte en el país—, ante la inestabilidad de su relación con China, y tomando ventaja del acuerdo de libre comercio entre los dos países y Canadá, se ha propuesto el objetivo de mover industrias clave de China hacia México.
La decisión del presidente Biden de aterrizar en el aeropuerto Felipe Ángeles, otorgándole una importante victoria a AMLO dentro de México, simboliza no sólo el respeto que tiene Biden por su par mexicano, sino la clara intención de Estados Unidos de iniciar una nueva página en su relación con México. López Obrador, quien supo fortalecer la soberanía mexicana frente a Estados Unidos en los últimos dos años, sabe que éste es el momento adecuado para, desde una posición de fuerza política, profundizar los lazos con Biden. Se dice que el trayecto desde el aeropuerto, que tardó más de una hora, cimentó una relación de amistad entre los dos líderes.
