La última oportunidad de Biden y tal vez del planeta Tierra

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Gabriel Morales Sod *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

En los próximos días se definirá el futuro de Biden y tal vez del planeta entero. Los demócratas tienen que llegar a un consenso absoluto para, con el mínimo de los votos posibles (50 de 100 en el Senado), aprobar dos paquetes económicos. Uno en infraestructura y otro con base en la expansión de programas sociales, que muchos analistas sugieren podría ser la última oportunidad, no solamente para cambiar el curso desenfrenado del proceso de pauperización de la sociedad estadounidense y el crecimiento de la desigualdad, sino salvar al mundo y superar la barrera de los dos grados de calentamiento, que podrían ponerle fin a la vida como la conocemos.

Para llegar a los 50 votos, el presidente ha tenido que negociar con dos senadores demócratas de centro, Joe Manchin, de Virginia del Este, y Kyrsten Sinema, de Arizona, quienes, hasta el momento, han reducido ya un tercio del plan original de Biden, argumentando la necesidad de austeridad fiscal y oponiéndose a nuevos impuestos para los más ricos. La situación es tragicómica. Dos senadores, que reciben decenas de donativos de las grandes industrias, incluida la energética y la farmacéutica, han puesto en juego la última oportunidad del presidente Biden de avanzar su agenda transformadora. Lo que resulta más deprimente es que la mayoría de las políticas que Biden pretende avanzar, entre ellas una expansión de los programas de salud y seguridad social y un ambicioso plan para reducir las emisiones de carbón de Estados Unidos, es sumamente popular entre los estadounidenses, incluso entre los republicanos, y es que ¿quién puede éticamente oponerse a otorgar al Estado prerrogativas que le permitan negociar los precios estratosféricos que la industria farmacéutica cobra hasta por los medicamentos más sencillos? O ¿a quién le parece mal aumentar los impuestos a empresas como Amazon (que paga cero impuestos hoy en día) o cerciorarse de eliminar paraísos fiscales?

Sin embargo, desde la década de 1970, el mundo empresarial ha invertido cantidades exuberantes de dinero para comprar políticos por medio del financiamiento de sus campañas. Un círculo vicioso que beneficia a un grupo pequeñísimo de individuos y perjudica al resto de la humanidad. Si el paquete no se aprueba, es muy probable que Biden pierda el Senado en las próximas elecciones, aplazando aún más una respuesta contundente al cambio climático, que muchos sugieren está a punto de pasar el punto de no retorno.

El fin de semana el presidente Biden viajará al G-20 en Roma y a la cumbre en Glasgow donde se discutirá la estrategia mundial para combatir el calentamiento global. Biden espera llegar triunfal, con nuevos compromisos que obliguen al resto del mundo a seguir su liderazgo. Todo depende de dos simples votos.

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