La revelación de que doce trabajadores de UNRWA, la agencia de las Naciones Unidas encargada de los refugiados palestinos en Medio Oriente, estuvieron implicados directamente en los ataques de Hamas el 7 de octubre, causó revuelo.
Como suele pasar con todo lo relacionado con el conflicto palestino-israelí la reacción a la noticia fue maniquea, en particular después de que veinte países, incluido Estados Unidos, suspendieran su apoyo financiero a la organización. Por un lado, los detractores acusaron a los países occidentales de condenar a la población civil en Gaza a la hambruna en su momento más difícil. Por el otro, muchos celebraron, que después de años de acusaciones que la ONU ignoró, por fin se reveló la naturaleza de este cuerpo y sus lazos profundos con el liderazgo de la organización terrorista Hamas.
La verdad es más complicada. En su investigación, el Wall Street Journal reveló que seis de los trabajadores de la organización fueron parte del grupo de terroristas que se infiltró en Israel y masacró, violó y secuestró a civiles. Seis miembros más ayudaron al grupo con logística. Asimismo, la investigación reveló algo mucho más serio: alrededor del diez por ciento de los trabajadores (mil 200 de 12 mil trabajadores palestinos locales en Gaza) es también miembro del brazo político y militar de Hamas. Pronto otros medios publicaron conversaciones en las que trabajadores de la UNRWA celebraron la muerte de civiles israelíes y además, se sabe ahora, que algunos de los rehenes de Hamas estuvieron presos en casas de trabajadores de UNRWA. La organización prometió investigar a los implicados; pero de inmediato surgió la pregunta ¿quién juzgará a estos individuos en Gaza? ¿Hamas? Queda claro que Hamas ha infiltrado la UNRWA, y por tanto ésta no debe seguir administrando la ayuda humanitaria y la educación de los palestinos en Gaza.
Para garantizar la estabilidad en la región y dar oportunidades a la paz entre israelíes y palestinos, UNRWA tendrá que desaparecer. Sin embargo, hoy en día es la organización que prácticamente sostiene a la población palestina en Gaza y muchos de sus trabajadores son honestos y se encargan de solventar muchas de las necesidades de la población civil. Para entender cómo una organización de las Naciones Unidas se vinculó a Hamas es importante recordar que Hamas mantiene un régimen totalitario en Gaza. No sólo controla todas las ramas del Gobierno sino que ha impuesto un régimen ideológico de adoctrinamiento de la población civil y elimina a quien se le oponga públicamente. No es sorprendente que Hamas se pusiera como objetivo infiltrar la organización encargada de la educación de los niños y de la distribución de ayuda internacional.
La suspensión del financiamiento a UNRWA pone en peligro a la población civil palestina. Sin embargo, la mayoría de los fondos para este año está ya en manos de la organización y los países que anunciaron la suspensión de la ayuda tendrán que desarrollar otros mecanismos de distribución de ayuda humanitaria, antes de tratar de eliminar a UNRWA. Hamas tiene como rehenes no sólo a 136 israelíes, sino a los civiles palestinos. En el futuro cercano tanto Hamas como UNRWA tendrán que irse para dar una oportunidad a un futuro distinto.
