Gabriel Morales Sod

Zelenski, en Washington

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Gabriel Morales Sod
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La visita a Washington y el discurso del presidente ucraniano, Zelenski, este miércoles frente al Congreso estadounidense evocan de inmediato las imágenes del primer ministro Winston Churchill, quien en medio de la guerra frente a la Alemania nazi y unos días después del ataque japonés a Pearl Harbor, viajó a Washington para hablar directamente con el Congreso y el público estadounidense, con el objetivo de consolidar el apoyo de Estados Unidos y reforzar la decisión del presidente Roosevelt de declarar la guerra al Eje. Han pasado ya 300 días desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania; meses en los que de manera insólita el ejército ucraniano ha logrado no solamente detener a las fuerzas rusas, sino recapturar grandes territorios en el sur y el este del país.

Zelenski, desde el momento en que tomó la riesgosa decisión de permanecer en el país y luchar, en vez de huir como Washington le sugirió, no había salido del territorio ucraniano. Desde aquella famosa selfie en Kiev que publicara en Twitter, junto con tres ministros de su gobierno, para mostrarle al pueblo ucraniano y al mundo que el liderazgo del país permanecía unificado y en casa para luchar contra el ejército ruso, se ha convertido en la cara de la resistencia frente a Putin. En el último año, en paralelo a la dirección de las fuerzas de guerra, Zelenski se lanzó en una campaña internacional para conseguir armamento y apoyo de Occidente. Discursos por videoconferencia frente a parlamentos, universidades, entrevistas a medios internacionales y una campaña incansable en las redes sociales fueron esenciales para conseguir el apoyo de la opinión internacional y mantener así la soberanía de su país. Muchos han criticado a Zelenski por manejar este conflicto como una celebridad; sin embargo, la estrategia ucraniana ha resultado victoriosa hasta el momento. A pesar del alza de precios de los energéticos, de la inflación y de los enormes costos de la guerra, Occidente sigue unido frente a Putin.

La guerra se encuentra en un momento crítico. Rusia, incapaz de conquistar nuevos territorios, se ha dedicado a dañar con drones iraníes y misiles de la era soviética la infraestructura ucraniana, dejando a miles sin electricidad y calefacción. Sin embargo, por varias semanas, y con el invierno entrando a su auge, los dos ejércitos han sido incapaces de tener avances significativos. El vencedor de esta guerra será quien logre seguir abasteciéndose de armamento; y Ucrania necesita, además, sistemas antimisiles sofisticados para protegerse de los ataques incesantes. En las próximas semanas, los republicanos, muchos de ellos escépticos del apoyo estadounidense a Ucrania, tomarán el control de la Cámara de Representantes, poniendo en peligro la promulgación de nuevos paquetes de ayuda a Ucrania.

Con el objetivo de consolidar el apoyo a su país frente a todo el Congreso y aumentar el apoyo de Washington a Kiev, Zelenski, en medio de la guerra, decidió hacer su primer viaje internacional a Washington. Enfrente de un Congreso que se paró en ovación decenas de veces y vistiendo un atuendo militar (parte central de su estrategia de relaciones públicas), Zelenski argumentó que el apoyo a Ucrania no es un gasto, sino una inversión en defensa de la democracia. Churchill fue incapaz de convencer a Roosevelt de entrar a la guerra hasta el ataque japonés. Sin embargo, consiguió el apoyo militar y económico de Estados Unidos a Gran Bretaña, lo que le permitió a este país sobrevivir al ataque nazi hasta la entrada de Washington y Moscú a la guerra. Zelenski, tal vez el mejor estratega de comunicación política actualmente en el poder, sabía que era tiempo de dejar el campo de batalla y llegar a Washington.