Biden 2024

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El discurso del Estado de la Unión esta semana marca un parteaguas en el camino del presidente Biden para reelegirse como presidente de Estados Unidos en 2024.

En los últimos meses, a pesar del buen desempeño de los demócratas en las elecciones de medio término, varias voces dentro del partido comenzaron a expresar escepticismo ante el prospecto de una nueva campaña del presidente Biden, quien en noviembre cumplirá 81 años. Sin embargo, el martes, el presidente demostró por enésima vez que la edad, y en particular sus casi 50 años en la política, son un activo, en vez de un detrimento, en particular cuando se trata de aplacar y responder ante los embates de los republicanos.

El momento más brillante de Biden en el discurso ocurrió de manera espontánea —aunque conociendo la carrera de Biden es posible que anticipara este momento y planeara con antelación la respuesta— y significaría una importante victoria ante el Partido Republicano; en su discurso, Biden acusó a “algunos” republicanos de querer atacar los programas de seguridad social y Medicare (el seguro nacional para adultos mayores); en una muestra vulgar de la pérdida absoluta de decoro del Partido Republicano desde la victoria de Trump, algunos congresistas le gritaron “mentiroso”. La reducción del presupuesto a programas de seguridad social es uno de los objetivos centrales de los republicanos, y en particular de los conservadores fiscales, varios de los cuales han amenazado en votar en contra de elevar el techo de la deuda del país, a menos de que el presidente proponga recortes a estos programas; sin embargo, el electorado republicano se opone a estos recortes, lo que ha vuelto el tema un asunto políticamente peligroso para el partido.

En respuesta a los gritos, y en lugar de mostrar enojo, Biden improvisó: “Siempre he estado dispuesto a recibir a conversos (…) apartemente todos estamos de acuerdo, Medicare y la seguridad social están fuera del juego, tenemos unanimidad”, para luego invitar al congreso a ponerse en pie en favor de los adultos mayores, prácticamente obligando a los republicanos a pararse, comprometiéndose simbólicamente a la continuidad de estos programas.

A pesar de las dudas y las críticas a su carácter y carisma, el presidente Biden ha sabido sacar adelante algunas de las reformas más importantes para el país en décadas. Trabajando con el reducidísimo número de republicanos con los que aún es posible negociar, Biden aprobó en sus primeros dos años dos enormes paquetes que prometen renovar la infraestructura en el país, convirtiéndolo en una nación sustentable. A pesar del débil estado de la democracia estadounidense después de la insurrección del 6 de enero, Biden resistió el embate de la ultraderecha liderando al partido a mantener el senado en las elecciones de medio término. A pesar de las fallas en la operación, logró lo que otros prometieron y no cumplieron, sacando de una vez por todas a Estados Unidos de Afganistán; y a pesar de la aparente debilidad de Occidente, Biden regresó al país a su estatus de líder internacional frente a la invasión rusa, ayudando a contenerla de manera casi insólita.

Después de hablar durante una hora y cuarto elocuente y persuasivamente, Biden demostró de nuevo que, pese a su edad y su tartamudeo —un problema del que ha sufrido toda la vida—, está listo para ser el candidato de los demócratas en 2024.