Explotaron los bípers, ¿y ahora qué?

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Incluso para los adeptos de la ciencia ficción, el ataque masivo de Israel contra más de tres mil operativos de Hezbolá esta semana supera la imaginación. La envergadura, precisión y destreza de esta operación tienen pocos paralelos en la guerra moderna.

Según lo que se sabe, hasta este momento, hace alrededor de seis meses el Mossad, la agencia de Inteligencia israelí, logró infiltrarse en alguna parte de la cadena de distribución de los sistemas de comunicación de Hezbolá e instaurar materiales explosivos en miles de dispositivos bíper que la organización usa para comunicarse, en vez de celulares, para burlar los sistemas de espionaje de sus enemigos. El día de antier miles de estos dispositivos recibieron un virus, en forma de mensaje, que saturó su sistema operativo, sobrecalentándolos y activando así el material explosivo. Ésta fue únicamente la primera ronda del ataque, pues ayer cientos de walkie-talkies de la organización explotaron también, dejando más de una decena de muertos y cientos de heridos que se sumaron a los más de dos mil del día anterior.

Desde el 7 de octubre del año pasado, Hezbolá ha disparado decenas de miles de misiles y drones en contra del norte de Israel, desplazando a decenas de miles de sus casas y destruyendo poblados enteros. El ataque es una verdadera proeza y muestra la enorme capacidad de su aparato de Inteligencia que logró engañar a uno de los grupos paramilitares más capaces del mundo y atacar directamente a cientos de militantes con mínimos daños colaterales, infligiendo un daño no solamente físico, sino psicológico a esta organización terrorista y grupo político. Sin embargo, más allá de lo impresionante que fue esta operación no queda claro por qué Israel decidió iniciar un ataque de tal magnitud en este momento y con qué objetivo ¿Por qué utilizar esta arma secreta tan letal y precisa si no es para iniciar un mayor enfrentamiento?

La lógica sugiere que éste podría ser el inicio de una guerra total entre las partes; sin embargo, Israel no inició un ataque frontal en contra de la organización, a pesar de que éste parecería el momento adecuado para hacerlo si éste fuese su plan, pues Hezbolá está en shock y su sistema de comunicaciones destruido. Otra posibilidad sugiere que el plan secreto de Israel estaba por descubrirse y Jerusalén optó por utilizar esta arma antes de que esto sucediera; una tercera hipótesis es que con este ataque Israel buscó mostrar su fuerza ante Hezbolá para atemorizarlos y así evitar una guerra total. No obstante, sin importar cuál de estas hipótesis, u otra, es verdadera, lo cierto es que un día después del ataque Israel se encuentra en la misma crisis estratégica que antes; Hezbolá responderá sin lugar a dudas y no hay un camino claro hacia un acuerdo diplomático que vuelva a traer la calma al norte de Israel.

Incluso, una guerra total no promete sino más caos y un costo altísimo en vidas para ambas partes. Esto es lo que sucede cuando hay táctica, pero no estrategia. El ejército israelí y las fuerzas de seguridad tienen capacidades con pocos paralelos; éstas parecen inversamente proporcionales a las del liderazgo del país que no tiene una visión o intención claras para sacar a Israel de la peor crisis de su historia.