José Manuel Orozco Garibay: el mundo del yo

TEATRO DE SOMBRAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

El mundo del yo (México, Editores de Textos Mexicanos, 2023) es el libro más reciente de José Manuel Orozco Garibay, distinguido filósofo mexicano y profesor del ITAM. Esta obra merece toda nuestra atención por la hondura y originalidad de sus planteamientos.

Orozco Garibay ofrece una teoría sobre el yo y su relación con el otro que se funda en un sistema binario de afirmación y negación: el sistema si/no. El yo puede afirmar y negar al otro y el otro puede afirmar o negar al yo, de esa manera se plantean cuatro combinaciones básicas: la del sí del yo ante el sí del otro, la del sí del yo ante el no del otro, la del no del yo ante el sí del otro y la del no del yo ante el no del otro. La existencia del yo, por lo mismo, oscila permanentemente entre el sí y el no frente el sí y el no de los demás. De acuerdo con Orozco Garibay, afirmar al que nos afirma es amistad, afirmar al que nos niega es masoquismo, negar al que nos afirma es sadismo y negar al que nos niega es autoestima.

Estas cuatro combinaciones no son fijas. El yo no es algo estático, tampoco es algo uniforme, siempre está en movimiento, siempre está escindido en su interior. Eso que le sucede al yo, le sucede al otro. El amigo que nos afirma se puede convertir en el enemigo que nos niega. La dualidad del sí y del no abarca toda nuestra experiencia, personal y social. Por eso no debemos hacernos ilusiones, suponer que hay un estado de cosas en el que el sí sea inmaculado y definitivo. Pero tampoco debemos caer en la desesperación de creer que las fuerzas de la negación rigen nuestra vida de manera absoluta.

Lo que Orozco Garibay llama “el mundo del yo” es el conjunto de entornos pasados, presentes y futuros en el que cada yo se encuentra con los otros y entabla con ellos todo tipo de relaciones definidas por las cuatro combinaciones antes descritas. Estos entornos no son emocionalmente indiferentes, tampoco lo son axiológicamente. Toda relación con los otros, por ser, en su fondo, una de afirmación o de negación, suscita emociones positivas o negativas y éstas, a su vez, son la base del valor y del no valor, es decir, de lo bueno y de lo malo que se encuentra en las relaciones que existen entre el yo y los otros.

El autor aclara que un yo no es un cuerpo, pero que siempre está en un cuerpo. Orozco Garibay dedica muchas páginas de su libro a examinar la compleja relación entre el yo y el cuerpo, el propio y el del otro. Lo que nos dice sobre el envejecimiento, la enfermedad y la muerte del cuerpo es el resultado de meditaciones personales que comenzaron largo tiempo atrás y que han encontrado en este libro una expresión teórica concisa y reveladora. El ser el yo se topa con las limitaciones del ser de su cuerpo. Con el paso de los años, sus deseos ya no se pueden cumplir, su potencia de afirmación deja de tener sustento. Orozco Garibay también dedica páginas muy penetrantes al tema del amor, de la posibilidad del amor, de su existencia real, más allá de los mitos románticos que existen sobre él. El otro a quien se ama nunca deja de ser otro, por cerca que lo tengamos, por más que busquemos en su cuerpo una extensión del propio. No es posible que entre un yo y un otro todo sea siempre mutua afirmación, la negación aparecerá tarde o temprano e irá minando la relación entre ambos.

No se puede hacer una reseña de este libro que le haga justicia en un espacio tan breve. Orozco Garibay ha escrito una obra atípica que nos increpa y que nos hace pensar sobre los asuntos más significativos de nuestra existencia: la amistad, el deseo, el amor, la vejez, la muerte. El libro es intensamente personal, autobiográfico, confesional. Asombra que la huella vital del autor está presente en cada página sin que, por ello, la reflexión deje de ser estrictamente filosófica.

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