Tiempos modernos

TEATRO DE SOMBRAS

GUILLERMO HURTADO
GUILLERMO HURTADO Foto: larazondemexico

El cine nació mudo. Durante muchos años, ése fue el único cine que existió hasta que, muy a finales de los años veinte, comenzaron a aparecer las películas con sonido sincronizado. Hoy en día nadie hace películas mudas, se vería como una extravagancia. Existe el prejuicio de que el cine mudo es una especie de versión primitiva del cine contemporáneo, es decir, como algo superado para siempre en un proceso evolutivo.

El cine mudo, sin embargo, debe verse como un género en sí mismo. En otras palabras, se puede tomar como una práctica artística con sus propias reglas, estilos y virtudes. La diferencia entre el cine mudo y el hablado, desde esta perspectiva, sería como la que hay entre la pantomima y el teatro o entre los recitales y la ópera. Se puede alcanzar la perfección estética en el cine mudo de acuerdo con sus propios principios. La mejor de las películas mudas no es inferior a la mejor de las habladas.

Una de las obras maestras del cine mudo es la película de Charles Chaplin Tiempos modernos. A decir verdad, se trata de una película híbrida, porque hay momentos en los que incluye sonido sincronizado. Fue estrenada en 1936, cuando todas las películas eran completamente habladas, por lo que ya para entonces era una rareza.

La película, escrita, actuada y dirigida por Chaplin (que por si fuera poco, también compuso la música) es una crítica de la sociedad industrial de su época. Los seres humanos son tragados por las máquinas en un sistema que sólo busca el lucro de los capitalistas. Los seres humanos se vuelven descartables. Las filas de desempleados buscan sobrevivir en un mundo que les da la espalda sin la menor compasión. El Estado adquiere un rol policial. Está ahí para controlar a las masas desposeídas, alienadas, deshumanizadas.

Tiempos modernos fue una película subversiva. En 1936 faltaba muy poco para el estallido de la Segunda Guerra Mundial, en la que los tres sistemas políticos de ese momento lucharon con las armas por el control del planeta: el liberalismo capitalista, el nazi-fascismo y el comunismo soviético. Se acusó a Chaplin de simpatizar con el comunismo, pero me parece que esta crítica es incorrecta. El mundo que describe el mimo inglés era casi el mismo en Estados Unidos, Alemania y la Unión Soviética. La idea de que el industrialismo era la finalidad del progreso económico reinaba por igual en todos esos países.

Ese mundo ya no existe. Ya no sólo somos esclavos de las máquinas industriales, sino de otras máquinas más pequeñas que se adaptan a nosotros de manera increíble. Los seres humanos ya no están atados a la producción en línea de las fábricas fordianas sino a la producción (y el consumo) en línea frente a una computadora portátil. ¿Cómo retrataría el gran Chaplin nuestros tiempos modernos?