La ultraderecha gana fuerza en elecciones europeas

DESDE EUROPA

Héctor Badillo*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Héctor Badillo
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Tras las elecciones europeas, la derecha retoma el poder ante el aguante de los socialistas y el aumento de parlamentarios de extrema derecha.

Ya se venía advirtiendo desde hace tiempo sobre el auge de las fuerzas ultraconservadoras, sobre todo en Francia, Austria, Italia y en uno de los países con más peso en la mesa de la Unión Europea: Alemania.

Ni los discursos anti-Unión Europea, ni las leyes xenófobas, antinmigrantes y anti-cambio climático que intentan impulsar y, mucho menos, la historia pasada del viejo continente han hecho merma en los votantes que salieron el domingo a las urnas para dar su voto de confianza a las formaciones de extrema derecha que culpan de todos los males a los inmigrantes que llegan a Europa.

El triunfo de la extrema derecha en Francia fue tan apabullante que el presidente, Emmanuel Macron, anunció la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria a elecciones anticipadas para finales de este mes.

El partido ultraderechista de una de las caras más visibles del conservadurismo europeo, Marine Le Pen, ganó las elecciones europeas en Francia. Medios franceses informaron que uno de cada tres votantes marcó la boleta en favor de la formación Agrupación Nacional, liderado por Jordan Bardella.

Alemania es otro caso aparte en Europa. La economía más importante de la UE ha votado en favor de los partidos más conservadores. Medios alemanes les dieron el triunfo a los democristianos de la CDU con 30 por ciento de los sufragios.

La formación extremista Alternativa para Alemania se coloca en segunda posición tras estas elecciones, a pesar de tener vínculos con la ideología neonazi y el uso de símbolos nazis por parte de algunos líderes del partido.

Con este preocupante triunfo de la ultraderecha, Francia y Alemania se suman a la oleada de extremistas que se expande por toda Europa.

Aunque algunos países como España aún se resisten a favorecer a la extrema derecha, parece que el futuro de Europa se comienza a cimentar en ideales ultraderechistas en un momento que es muy crítico para el continente y para el mundo. La democracia y la justicia social están en riesgo.