Hace unos días el Presidente Andrés Manuel López Obrador participó en la Cumbre de Líderes de América Latina, el Caribe y la Unión Europea por medio de una conferencia virtual, lo que permite un acercamiento mayor de nuestro país con el bloque europeo.
Si algo tiene el Presidente mexicano es una muy buena imagen internacional, al estar clasificado como el mandatario mejor evaluado y con mayor aceptación en el mundo, lo cual funciona muy bien para los intereses económicos del país y consolida las políticas públicas de la Cuarta Transformación. Sin embargo, la relación económica entre México y España se mantiene tensa por los abusos que cometían empresas ibéricas que se aprovechaban de la corrupción desmedida que había en nuestro país al imponer contratos abusivos en contra del presupuesto público y en consecuencia de la sociedad mexicana.
López Obrador ha sido crítico y ha mandado mensajes duros en contra de todas aquellas empresas extranjeras que crean que México todavía es un territorio de conquista. Eso ha provocado tensión entre México y algunos países como España, a lo que había que agregar la petición presidencial al gobierno español y a su corona de que ofrezcan una disculpa a los pueblos indígenas por las masacres cometidas en tiempos pasados. En respuesta, España ha ignorado la petición mexicana y hay críticas de políticos y empresarios de aquel país por la posición mexicana.
En este primer encuentro virtual entre el gobierno de México y los representantes de la Unión Europea, entre quienes se encontraban la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el dialogo giró en torno a la creación de una agenda digital para frenar el impacto socioeconómico de la pandemia de Covid-19, la cohesión social y el combate a la desigualdad. Temas relevantes que interesan mucho a México.
El primer mandatario mexicano lo tiene claro, quiere que los países que forman la Unión Europea respalden y se unan a su Plan de Bienestar y Fraternidad para erradicar la pobreza mundial, documento que presentó López Obrador ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en noviembre pasado en Nueva York. Dicho plan pretende impulsar un fondo en el que las 1,000 personas más ricas y las 1,000 empresas privadas más grandes del mundo contribuyan con el 4% de su riqueza. También que los países miembros del G-20 donen el 0.02% de su PIB para generar un fondo de un billón de dólares anuales para combatir el hambre y la pobreza mundial.
Esta propuesta del mandatario mexicano que pareciera inviable ante los ojos empresariales, sería un punto de avance para los más desprotegidos en un mundo cada vez más asfixiado por los intereses económicos que incrementan la desigualdad en todo el planeta. La pandemia ha hecho evidente la necesidad de un cambio de rumbo y, sobre todo, replantear el modelo capitalista que no sólo es obsoleto, sino que insiste en abusar de los recursos naturales de las naciones para concentrar la riqueza en muy pocas manos, lo que obliga a un cambio de mentalidad y sobre todo de políticas que busquen el bien común para toda la humanidad.