El Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías alertó del aumento en el consumo de metanfetaminas, una sustancia altamente adictiva que provoca cuadros psicóticos y cardíacos.
Este estimulante sintético, que se utilizaba legalmente en Alemania en los años 30, es considerado uno de los más peligrosos y destructivos al poner en riesgo la salud y la vida de los consumidores.
Ya no solamente es el mercado estadounidense como el gran consumidor de drogas, ahora vemos que las metanfetaminas circulan en las calles de Europa en forma de polvo, cristales y pastillas, las cuales provocan graves daños a la salud a quienes las consumen, pues generan una gran dependencia y afectaciones psicopáticas y cardiacas.
La llegada y expansión de las metanfetaminas en Europa, el estimulante sintético más consumido en el mundo y uno de los más destructivos, preocupa a las autoridades sanitarias que ven cada vez más común el uso de esta droga en países europeos donde no había registro.
Un informe realizado por el Observatorio Europeo de las Drogas tras el estudio de las aguas residuales que circulan en las tuberías de las ciudades confirma que hay rastros de cocaína, metanfetamina, cannabis, MDMA, ketamina y anfetamina en las alcantarillas, lo que demuestra el consumo de dichas sustancias ilegales en toda Europa.
Este estudio arroja que al oeste y sur de Europa, en países como España, hay mayor presencia de cocaína, en el centro y norte de Europa mayor carga de anfetaminas y al este del continente hay más registros de metanfetaminas.
Resulta muy interesante cómo este innovador estudio de las aguas residuales da un panorama de los hábitos de consumo de comunidades enteras y alerta de posibles amenazas a la salud de manera temprana, así lo explicó Alexis Goosdeel, director del Observatorio Europeo de las Drogas, en un comunicado.
En el caso específico de las metanfetaminas su consumo se limitaba a países como República Checa y Eslovaquia, pero el observatorio ha visto que la droga se ha expandido a otros países europeos como Alemania, Bélgica, España y Turquía, donde aparecieron registros en las aguas residuales.
A pesar de que Europa continúa siendo un mercado relativamente pequeño en comparación con el consumo que existe en Asia, Norteamérica o Australia, los investigadores aseguran que sigue creciendo el consumo de esta droga tan peligrosa y destructiva para quien la consume, sólo por detrás de la heroína y el crack.
