ITAM: un año de retos y respuestas

ENTRE COLEGAS

Horacio Vives Segl
Horacio Vives Segl larazondemexico

En los 74 años de existencia del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el que está por terminar debe ser sin duda el que mayores desafíos ha representado para la institución, lo cual se debe tanto a factores internos como a otros —evidentes— de índole global.

Hace un año, en un proceso público y muy publicitado, una asamblea de estudiantes clamó por un conjunto de demandas. La consigna era clara: hacer del ITAM una institución con los mismos estándares de excelencia humana que de excelencia académica. En esa lógica se fueron sucediendo distintas respuestas institucionales: se creó la Dirección de Asuntos Estudiantiles como instancia de apoyo y soluciones de diversas necesidades para los estudiantes, donde convergen la atención a la salud mental, la organización y oferta de actividades en torno al bienestar integral y las solicitudes de distintas organizaciones estudiantiles; también fue creado el Centro de Docencia y Aprendizaje; y estaba el ITAM en la puesta en marcha de esas (entre otras) acciones y respuestas, cuando irrumpió la llegada del Covid-19, que puso en jaque a la humanidad entera.

Fue así como el ITAM —al igual que todas las comunidades universitarias— tuvo que encontrar soluciones para transformar abruptamente su sistema de enseñanza presencial en uno en línea. Además, se determinó mantener el empleo de todo el personal docente, administrativo y de servicios; congelar las colegiaturas y, en adición al amplio programa de becas tradicional, adoptar medidas temporales para que ningún estudiante se quede fuera de la institución por motivos financieros o por faltas al reglamento académico. También se siguieron prestando servicios escolares y se realizaron titulaciones en línea.

El ITAM se ha caracterizado por ser una comunidad resiliente y empática. Las representaciones estudiantiles organizaron el Becatlón con una entusiasta participación de la comunidad y un levantamiento récord de fondos para estudiantes con necesidades económicas.

Por otra parte, el ITAM tiene un genuino compromiso con el diálogo intergeneracional, no sólo por la riqueza que en sí misma significa esa conversación, sino porque es imprescindible para entender las necesidades de las actuales y futuras generaciones. Quiero hacer énfasis en dos agendas y sus respuestas institucionales: el cuidado y atención a la salud mental, a través de apoyos ofrecidos por psiquiatras y psicólogos de planta, una clínica externa y una línea de atención telefónica que hoy da servicio las 24 horas; y la promoción de una cultura de respeto, inclusión y erradicación de cualquier forma de odio y discriminación, a través de la revisión del protocolo de acoso y hostigamiento y una sólida oferta de foros y seminarios, entre muchas otras acciones.

Todo lo anterior es, por supuesto, un resultado colectivo. Con compromiso renovado y ánimo fortalecido, el ITAM se prepara para seguir dando las respuestas institucionales que la comunidad universitaria requiere, de cara a las celebraciones de nuestro 75 aniversario. Un año por venir que presenta desafíos no menores, pero con la esperanza fundada de que pronto llegue un grado de contención de la pandemia que nos permita el ansiado reencuentro de la comunidad. Juntos, estudiantes, profesores, administrativos, exalumnos y directivos seguiremos contribuyendo a lograr una sociedad más justa, libre y próspera, con excelencia académica y excelencia humana.

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