Por Pablo Vargas Fernández del Busto
La energía fotovoltaica es una fuente renovable que se obtiene al convertir los rayos ultravioletas del sol en electricidad. Esta tecnología se basa en el efecto fotoeléctrico, que consiste en la absorción de fotones y la posterior emisión de electrones, generando una corriente eléctrica.
La energía fotovoltaica es una fuente de energía que no contamina, ayuda a la reducción de emisiones y promueve la generación de nuevos empleos. México posee las condiciones climáticas adecuadas para detonar proyectos de este tipo.
Un informe elaborado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) señala que México es uno de los países con mayor potencial para el desarrollo de una industria eléctrica a base de energía fotovoltaica, al recibir diariamente un promedio de 5.5 kWh/m2 de radiación solar. Más aún, en la zona noroeste del país la radiación alcanza los 8 kWh/m2 durante primavera y verano. Estas condiciones hacen que el 85% del territorio sea óptimo para proyectos solares.
La capacidad de tecnología fotovoltaica instalada total en 2021 fue de 5,955 MW,1 esta capacidad representó 22.14% de las fuentes renovables; cabe destacar que el 99.90% de la capacidad fotovoltaica proviene de permisionarios privados2.
A pesar de que el incremento de generación fotovoltaica ha sido considerable en los últimos años (de 2018 a 2021 aumentó 528%), México no está aprovechando todo el potencial que ofrece nuestro territorio.
Según información del Prodesen 2022-2036, al 31 de diciembre del 2021, estaban en operación 14 centrales privadas de generación fotovoltaica, ubicadas principalmente en el norte y noroeste del país. El Parque Solar Villanueva, ubicado en el municipio de Viesca, Coahuila, es el de mayor capacidad con 363 MW; en segundo lugar, está la Central Pachamama en el municipio El Llano, Aguascalientes, con una capacidad de 300 MW; y en tercer lugar está el Parque Solar Villanueva Tres con una capacidad de 275 MW3.
Cálculos de Nelson Delgado, director de la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex), estiman que, para alcanzar la meta de energías limpias en 2030, México requiere de una inversión de 13,000 millones de dólares en proyectos solares a gran escala, lo que permitiría alcanzar los 15,040 MW.
Para lograr estos niveles se requiere de una estrategia puntual para impulsar a la industria de forma permanente y generalizada. En este sentido, se vuelve crítico elaborar políticas públicas que promuevan proyectos de generación solar que impulsen el desarrollo de la industria a través de inversiones públicas y privadas, promover el crecimiento económico y sostenible del país.