Por Juan Pablo Murrieta Rodríguez
Para que una empresa pueda triunfar en este complejo entorno actual, donde cada vez hay más competitividad y las necesidades del mercado cambian de forma acelerada, es indispensable que parte de la planeación estratégica esté enfocada en la optimización de sus operaciones.
Dicha optimización incluye el uso eficiente de recursos materiales, la correcta asignación y distribución de responsabilidades y la reducción de tiempos en los procesos. Lograr optimizar la operación se ha convertido en la norma y ha marcado un factor de diferenciación dentro de la industria.
Hoy en día, las empresas deben decidir cómo aprovechar los avances tecnológicos para poder adaptarse y optimizar el uso de recursos y así, maximizar la creación de valor dentro de sus negocios. Los hallazgos tecnológicos y las nuevas tendencias han ido cambiando con los años y son los que han marcado las revoluciones industriales.
Actualmente, nos encontramos en una cuarta revolución industrial, la cual surge gracias a los avances en la automatización y la conectividad que permiten que exista un mayor flujo de información e interrelación entre áreas y procesos dentro de las empresas. Esta industria 4.0 orientada a la digitalización se apoya en la automatización para generar información y demuestra el potencial que tiene el uso eficiente de dicha información para la toma de decisiones y la optimización. Los nuevos sistemas electrónicos permiten generar grandes cantidades de datos que pueden ser explotados para realizar análisis más eficientes y así optimizar la operación. Asimismo, otro gran avance es el uso de la nube, la cual facilita el acceso y manejo de información sin importar dónde y cómo estén distribuidas las operaciones de las empresas.
La conectividad se ha convertido en una fortaleza que las empresas deben explotar. Uno de los problemas operativos más comunes es la falta de comunicación entre áreas y procesos. El tener herramientas diseñadas para unificar la operación y agilizar el flujo de información permite eliminar estos problemas y a su vez generan una cultura de trabajo orientada a la toma de decisiones informada, basada en información real y precisa. Mucha de esta información proviene de la implementación de sistemas de gestión automatizados que a su vez reducen la necesidad de realizar operaciones manuales. La digitalización propuesta por la industria 4.0 ayuda a mitigar riesgos y garantizar que la operación se desarrolle sin problemas.
El gran reto que todo esto presenta para las empresas es el poder evolucionar y transformar sus operaciones para capitalizar todos los beneficios que la industria 4.0 conlleva. Aunque todo cambio presenta ciertos riesgos y una curva de aprendizaje conforme se implementa, es claro que los avances tecnológicos y las oportunidades de optimización continuarán siendo la norma. Actualmente, este proceso de digitalización se está viviendo en múltiples industrias y está potencializado por las innovaciones generadas gracias a las revoluciones industriales pasadas. Lo interesante será ver cómo es que cambios y novedades brindará la industria 4.0 en el mediano y largo plazo.