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La mezcla generacional como catalizadora de la innovación y el crecimiento

NUEVOS HORIZONTES

IRALTUS*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Por Juan Pablo Murrieta Rodríguez

Hoy en día, es cada vez más normal encontrar colaboradores de la generación Tradicionalista (antes de 1945), Baby Boomer (1946-1964), X (1965-1980), Millennial (1981-1993) y Z (1994 – 2010) dentro de una misma empresa. Esta mezcla de generaciones puede presentar un reto en el día a día de los colaboradores y en la cultura que se busca fomentar.

El principal reto para las empresas es entender cómo es que cada generación enfrenta los cambios constantes del mercado y cómo se adaptan a las tendencias para idear estrategias que capitalicen las fortalezas y características generacionales. Son múltiples las diferencias existentes entre generaciones y, por lo tanto, la manera en que van a responder.

Si bien estas diferencias pueden marcar un obstáculo en la visión de una cultura homogénea, tener diferentes perfiles puede ser una ventaja; la mezcla generacional puede potencializar la capacidad de las personas de adaptarse, aprender y colaborar. Cada generación le asigna un peso diferente a las competencias duras y blandas, por lo que generar equipos multigeneracionales asegura no solo tomar en cuenta diferentes perspectivas, promueve que la dinámica laboral y el día a día en las empresas sea atractivo para los colaboradores.

Esta integración es clave para generar una cultura sólida que no sea afectada por la diferencia de edades; el choque cultural bien manejado puede convertirse en un catalizador de colaboración y adaptación.

Aunque el entorno laboral y las tendencias cambian constantemente, en los últimos años estos cambios han crecido de manera exponencial, forzando a las empresas a idear estrategias más agresivas que les permitan capitalizarlos y continuar creciendo sus negocios. Una manera de lograrlo ha sido a través de la innovación, la cual se ha vuelto cada vez más importante.

Gráfico
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Pero la innovación presenta grandes retos; requiere de rapidez para cambiar la operación y aceptar los cambios. Es aquí donde aumenta el valor de tener múltiples generaciones en las empresas. Por un lado, las generaciones mayores conocen más sobre la operación y organización necesaria para su ejecución, mientras que las nuevas generaciones presentan mayor flexibilidad al cambio y mayor interés por buscar alternativas innovadoras. Al sumar estas fortalezas, las empresas obtienen lo mejor de ambos mundos y demuestran a sus colaboradores el potencial que todos tienen sin importar a qué generación pertenecen.

Conforme se sigan incorporando generaciones al capital humano de las empresas, un objetivo fundamental será buscar capitalizar las ventajas y fortalezas que cada generación presenta. En este proceso, es importante no imponer prejuicios ni encasillar y dar la oportunidad de demostrar el potencial de cada uno. Las empresas deben tomar en consideración las diferentes motivaciones, formas de trabajo y la interacción entre colaboradores para potencializar sus capacidades, desarrollar sus áreas de oportunidad y alinearlos a cumplir los objetivos de la empresa.

Al lograr esta alineación, las estrategias establecidas fortalecerán la cultura y contribuirá a que el negocio y su gente cuente con las herramientas necesarias para navegar la incertidumbre del cambio.