Jacqueline L'Hoist Tapia

Broma o acoso

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Jacqueline L'Hoist Tapia
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

A inicios de este mes, circuló en redes un video que usuarias del Metro de la CDMX compartieron, donde se puede ver a un hombre extranjero en el vagón de mujeres, siendo indudablemente acosado por varias de las usuarias. Con frases como “va calado”, “va probado” o “la manoseada es gratis”. En el video se muestran varias carcajadas por parte de las mujeres que se encontraban en el vagón. La conducta de las mujeres se convirtió en un escándalo y se evidenció la normalización del acoso sexual en nuestra cultura.

Mucho se ha discutido sobre la existencia del vagón exclusivo para mujeres, pero ante este hecho, resulta irónico que este espacio creado justamente para prevenir que las mujeres sufran acoso, se haya convertido en un espacio donde las mujeres no sólo lo hayan perpetrado, sino que también lo hayan permitido. Por otro lado, tenemos también comentarios en redes sociales e incluso titulares, que lejos de señalar y denunciar el acoso, lo normalizan e incluso lo llegan a promover con frases como “¡chile gringo!”, “hombre guapo se sube al vagón de mujeres”.

Sobre este caso hay muchas cosas que nos debemos cuestionar, una de ellas es cómo tienen que reaccionar los hombres al acoso, ya que frecuentemente no solemos poner atención al hecho de que los hombres también suelen sufrir acoso. Si hacemos una búsqueda en Internet de cifras sobre acoso, vamos a encontrar cuántas mujeres son acosadas y no al revés. Es cierto que la violencia sexista afecta desproporcionalmente a mujeres, pero esto no quiere decir que los hombres estén exentos de padecerla. Lo que se cree casi siempre es que todos tienen que seguir el modelo del “todas mías”, “si se te están insinuando hay que aprovechar”, “¡cómo te vas a ofender si se te están tirando encima!”. Unos días después de que el video en el Metro se hiciera viral, salió una mujer diciendo que es amiga del extranjero en el video, que todo había sido de broma y que hasta le estaban cantando la canción “Bandido”, de Ana Bárbara.

Recordemos siempre que, si a las “bromas” le ponemos el “inofensivas”, estamos reconociendo que hay una burla que ofende, pero que como es sin dolo, entonces quien la recibe no debe de sentir ofensa, pero lo cierto es que también pueden ser acoso sexual, normalizar las bromas de connotación sexual, como las que vivimos, lo promueven, y entonces hace más difícil la labor de erradicarlo.

Yo comparto muchos de los comentarios que cuestionan el qué hubiera pasado si hubiera sido al revés, y con justa razón, si esto se hubiera visto en el vagón de los hombres, hubiera sido inaceptable. Como mujeres, debemos ser conscientes y reflexionar que, así como podemos ser víctimas, también podemos ser victimarias y, sin así quererlo, perpetrar el acoso sexual mediante estas bromas.

El acoso sexual es un ejercicio de poder que pone a la otra persona en una situación de vulnerabilidad. No sé él que piense de lo sucedido, pero lo que yo vi fue a un hombre rodeado de mujeres al que le gritaban cosas que seguramente ellas hubieran denunciado como acoso sexual. Hay que ser congruentes.