¿Quién dice qué es lo diferente de las personas?

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Jacqueline L'Hoist Tapia *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Por tercera ocasión Copred presenta la encuesta sobre discriminación en la Ciudad de México, (Edis-2021) elaborada por Consulta MitofsKy. La encuesta dice que 8 de cada 10 personas han oído hablar de los derechos humanos y los define como: derechos ciudadanos, ayudar a la gente y a la igualdad.

Con qué atribución podría alguien decir que representa a lo “normal” y que por tanto, es el referente para determinar a lo diferente. Las sociedades somos diversas y la igualdad debe residir en el acceso a derechos y sin discriminación, sobre todo en ésta la Ciudad que así misma se llama, como una Ciudad de Derechos.

En la Edis-2021 podemos observar que las causas más comunes de la discriminación son básicamente las mismas que en la encuesta del 2013 y que corresponden a una sociedad clasista y racista, al discriminar por la pobreza y el tono de piel. Sin embargo, al comparar ambos periodos 2013-2021 hay una buena noticia, pues los porcentajes por estas causas se han movido a la baja y concretamente la discriminación por la preferencia sexual representa la baja más consistente y significativa de estar en el 15.3% y bajar al 10.6% de las menciones. Pero también hay otro dato alentador en este comparativo, ya que se refleja una menor mención de discriminación hacia las personas indígenas (24.7 al 16.8), a las persona gay (12.2 al 9.3), a las personas con discapacidad (4.1 al 3.9), y las personas que viven en la CDMX dicen enfrentar menos conductas discriminatorias, lo cual refleja la eficiencia del trabajo de 10 años de Copred en la CDMX y que es sin duda, una buena noticia para el gobierno de la CDMX y para Claudia Sheinbaum.

Con 38 grupos de población analizados, es interesante detenerse en los datos de las personas tatuadas, y aunque ellas no aparecen dentro de los principales grupos, es más, están en el lugar número 22 junto con las personas que tienen alguna perforación con apenas el 0.7%. Vale la pena preguntarse por qué si la ciudanía no las discrimina, aún existen códigos de vestimenta y solicitudes de trabajo que lo hacen. La respuesta es por puro prejuicio de quienes dictan esas normas de apariencia, mismas que deben desaparecer, pues se convierten en motivos de exclusión y una manifestación de clasismo.

Otro análisis es el relacionado a las mujeres y, aunque es cierto que la discriminación para con las mujeres existe en todo el mundo, no esperaríamos un crecimiento como el encontrado en la Edis-2021 y ése es un dato de mucha preocupación. Pareciera que ser más visibles en el ámbito laboral, en la política, en los ámbitos sociales en general y en las marchas con la legítima exigencia de los derechos, alborota al machismo y a la misoginia y, aunque siempre ha estado entre los 10 primeros lugares de discriminación el ser mujer, el aumento fue casi del doble. La Ciudad que ha levantado históricamente la bandera de sus derechos debe cambiar la línea discursiva y la narrativa, pues las mujeres representan al 52.2% de sus habitantes, y ya que el 53.6% de las personas consultas reconocen que la ciudadanía es la responsable de terminar con este flagelo social, entonces es momento de hacerlo.

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