El amor es el sentimiento que todas las personas deberíamos experimentar, aunque sea una vez en la vida y aunque sea sólo de pasadita. Hay muchos tipos de amor: el fraternal, el filial, y, entre otros, el amor de pareja, para muchas y muchos el transitar por este sentimiento les hace descubrir que no necesariamente es como lo pintan, ni lo romántico necesariamente se vive como un dulce sueño hecho realidad.
Hay quienes lo viven como una verdadera agonía y con una carga de violencia, sin importar el tipo de pareja que se sean: hetero, trans, homo, lesbo, etc. Sin importar la edad y cultura. Y es que toda la culpa la tiene creer que hablar de enamoramiento y conquista es lo mismo, pero el móvil hace la diferencia. Cuando alguien te enamora lo que intenta es provocar en ti la pasión del amor, pero cuando alguien te quiere conquistar, el único referente que tenemos como definición es la búsqueda de ganar y dominar. Así que el romanticismo tendrá sus matices si lo que buscan es enamorarte o conquistarte.
Cuando te conquistan el romanticismo se convierte en una creencia en donde el amor debe soportar todo, porque el amor todo lo puede, o como dice la carta de Pablo a los Corintios: “el amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Y la verdad es que no, o por lo menos no en el amor de pareja. Esta falsa idea de amor está cargada de una serie de mitos de cómo debe ser y cómo debe comportarse la persona que ama.
Y es lo que hemos denominado “amor romántico”, por ejemplo, considera que “el amor verdadero” se expresa con celos, porque hay una propiedad, le perteneces y empieza a prohibir una forma de vestir, con quién hablar, a quién ver, a qué hora llega y con derecho a revisar asuntos personales. Otra definición es que debe ser “absoluto”, y por tanto, como dice la carta a los Corintios, todo lo perdona, y si te fui infiel, te golpeé o te violenté, perdóname, no pasará de nuevo, y si pasa de nuevo, perdóname porque me amas, porque nos amamos y por amor hay que aguantar, soportar, se le pone a prueba y ¡sale vencedor! Otro aspecto que encontramos en el amor romántico, desde esta perspectiva de sometimiento, es de “entrega total”. Es decir, dejo de ser yo, ahora todo gira a tu alrededor; pienso, hablo y hago todo a través de ti y por ti, yo no importo, eres mi media naranja, sin ti soy una persona incompleta.
Hoy, haber logrado entender este tipo de violencia, de la cual principalmente las mujeres son sujetas, pero también los hombres, es haber dado un paso importantísimo en las relaciones de pareja, desde el noviazgo y la violencia intrafamiliar. San Pablo también dice en la carta a los Corintios que el amor es servicial, no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no se alegra de la injusticia.
Tenemos la gran oportunidad de redefinir el amor romántico a partir del enamoramiento, y si crees que te engarzaste en el amor romántico de la conquista, porque algo de aquí te parece conocido, salte y reflexiona este 14 de febrero: ¿Es amor lo que vivo y me provoca vivir su pasión?