Jacqueline L'Hoist Tapia

Si podemos todo y no somos nadie

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Jacqueline L'Hoist Tapia 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

¿Y tú qué querías ser cuando eras una niña de seis años? Normalmente las niñas a partir de los 6 años dejan de pensar que de grandes pueden ser presidentas, ingenieras, científicas o astronautas, porque es tres veces menos probable que una niña reciba un juguete relacionado con la ciencia.

Matilda Joslyn Gage fue la primera activista en denunciar la injusticia sistemática que han llevado a cabo los hombres en la comunidad científica a lo largo de la historia, robándole el crédito a mujeres científicas de sus hallazgos e investigaciones. Este fenómeno social se conoce hoy en día como el efecto Matilda en su honor. Como consecuencia del efecto Matilda, tenemos que la presencia de las mujeres en libros o materiales educativos llega a un 7%.

Es importantísimo estimular en las niñas la ciencia y conocer a Marie Curie es un excelente principio. Ella fue una física y química francesa de origen polaco, descubrió el polonio y el radio, este último elemento es muy útil en la medicina, porque ocasiona la destrucción de tejidos malignos y se utiliza para detener el crecimiento de células cancerígenas. Marie Curie ganó el Premio Nobel de Física en 1903 y posteriormente en 1911 ganó el Premio Nobel en Química. Desde esos años cuando Marie Curie fue premiada, sólo 17 mujeres han ganado el Premio Nobel de Física, Química o Medicina. En comparación, ha habido 572 hombres que han ganado el premio desde esa fecha. Valdría mucho la pena preguntarnos por qué y, posiblemente, encontremos que pocas mujeres son científicas, ya que actualmente, de todos los y las estudiantes que estudian alguna carrera relacionada con ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas, sólo el 30% son mujeres. Es por eso que nos debemos sumar a #NoMoreMatildas

Desde que en 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, cada año se trata de visibilizar la falta de representación de las mujeres en la ciencia, promover su participación y hacer un esfuerzo por comprender estos factores que impiden mejorar la calidad de educación y el acceso equitativo a ejercer estas disciplinas.

Como vemos, la falta de representación en mujeres es un problema histórico, que no sólo pasa en las comunidades científicas. Como es un problema estructural de las sociedades patriarcales, se da en diversos ámbitos. Hace poco vimos como a Rafael Nadal, el famoso tenista, lo congratulaban por ser el tenista con mayor número de Grand Slams en la historia, como si nadie hubiera logrado eso antes cuando, en efecto, Margaret Court, Serena Williams y Steffi Graf, tres grandes tenistas, lo han logrado antes, y las redes sociales se indignaron, y cómo no, si la lista es larga de casos en que, cuando el logro es de un hombre, ocupa las 8 columnas, y cuando es de una mujer, si bien nos va, estará de referente y esto también es machismo.

Necesitamos que a las mujeres brillantes también se les reconozca como personas brillantes.