Queremos Paz

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Jacqueline L'Hoist Tapia*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

En 1981 la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la resolución 36/67, declaró el 21 de septiembre como el Día Internacional de la Paz. En esta resolución, la Asamblea recoge una frase que décadas atrás había sido usada en la Constitución de la Unesco: “Las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”.

Esta frase da cuenta del poder que tienen las ideas y creencias, y que éstas son decisivas en los rumbos que ha tomado la historia de la humanidad. Como bien sabemos, la violencia es una decisión.

Varias décadas y la llegada de un nuevo siglo después de esta resolución para conmemorar el Día Internacional de la Paz, parece que, como humanidad, no hemos aprendido la lección. Varias guerras han terminado, pero al mismo tiempo han ido surgiendo otras nuevas, y la violencia ha ido en aumento, sobre todo en países como México, donde, de acuerdo con el IEP (Institute for Economics and Peace), en los últimos 8 años, la paz se ha deteriorado en un 14%. Por otro lado, México es uno de los países más peligrosos para personas defensoras de derechos humanos y para quienes ejercen el periodismo.

De acuerdo con este Instituto, el índice de Paz a nivel mundial en 2023 se ve severamente afectado por el conflicto en Ucrania. En el caso de México, la principal causa del deterioro de la paz es la delincuencia organizada, que termina haciendo un efecto dominó en las tasas de delitos: los homicidios, los feminicidios, la violencia sexual, la violencia familiar y la impunidad, aumentan; y no sólo eso, el deterioro de la paz también conlleva afectaciones en la economía de los países. Se estima que el impacto económico de la violencia se traduce en una pérdida de 270 mil millones de pesos para el país. A estos datos habría que añadirle que la percepción de inseguridad entre la ciudadanía es de 84%.

En cuanto al concepto mismo de Paz, entendemos que éste ha ido evolucionando y hoy en día no sólo debe representar únicamente la ausencia de guerra, sino que debe englobar acciones específicas para su promoción, para así lograr la eliminación de todas las violencias, tanto por parte de los gobiernos, como la sociedad en general. Los esfuerzos para acabar con las injusticias deben ser amplios.

Hace apenas unos días el Consejo Interreligioso de México por La Paz del mundo realizó un evento importante con el mensaje “Que todos los seres tengan paz y felicidad”, donde el maestro Ignacio Cuevas, una vez más, resalta la importancia de las diferentes iglesias en la construcción de paz.

En esta reflexión de la conmemoración del día internacional de la paz, no debemos olvidar el papel fundamental que los Derechos Humanos tienen en la construcción de paz y el papel que tiene la educación en la construcción de sociedades más justas y libres.

El reto de México está colocado en terminar con todo aquello que construye la ausencia de la paz, mandato central de los gobiernos es la seguridad, y ésta se alcanza no sólo a través de políticas públicas, sino de acceso a la justicia a las víctimas.

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