Jacqueline L'Hoist Tapia

Salimos de nuevo y por siempre

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Jacqueline L'Hoist Tapia
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Y de nuevo salimos a marchar como aquel 8 de marzo de 1857, cuando trabajadoras de una fábrica textil en Nueva York, se manifestaron para conseguir mejores condiciones laborales. En su manifestación fueron duramente reprimidas por la policía, además de ser víctimas de un incendio donde murieron cerca de 120 trabajadoras. A partir de este incendio por la quema de los textiles, el humo se tornó en un color morado. De ahí el color del feminismo.

Después, el 8 de marzo de 1910, se declaró ese día como Día Internacional de la Mujer y, en 1975, la ONU lo formaliza en el marco de la Primera Conferencia Mundial de la Mujer, que tuvo lugar en la Ciudad de México.

Hoy, como cada año, las mujeres salimos con mensajes diversos en donde se leía las causas de la marcha, todos esos mensajes llenos de sentimientos, de dolores, de exigencias, pero sobre todo de sororidad. Incluso hubo quien prestó su cuerpo para ahí escribir el nombre de “acosador”, “violador” y “feminicida”. Sí, todas juntas gritábamos, corríamos nos apoyábamos, pero sobre todo nos cuidábamos, al saber que nunca más estaríamos solas.

Quizá de los momentos más emotivos fue cuando salió la marcha de la Glorieta de las Mujeres que luchan y, la ola morada se movía al ritmo de las consignas. ¡Arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer! ¡Ni una más! ¡Ni una más! ¡Ni una asesinada más! ¡Mujer, escucha, ésta es tu lucha! ¡Tranquila hermana, aquí está tu manada! ¡Somos malas, podemos ser peores y al que no le guste, se jode, se jode! ¡Señor, señora no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente! ¡Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha feminista por América Latina, y tiemble y tiemble y tiemblen los machistas, que América Latina será toda feminista!

Una tónica que también marcó además de las de exigencia de no matar y no violentar más mujeres, fue el visibilizar que el 8 de marzo no se celebra, se lucha, mensajes recordando que surge por el asesinato de esas mujeres de la fábrica textil. ¿A poco el 2 de octubre se felicita a los estudiantes? ¿Verdad que no? Pues igual el 8 de marzo ¡se conmemora!

La nota la dieron nuevamente las vallas, ¡que vaya que son violentas e intimidantes! Nos recuerdan que no hay posibilidad de acercarse al Palacio Nacional, ahí desde donde se dicta el deber ser del movimiento de mujeres. De nuevo la policía, que con el discurso de cuidarnos nos observan durante la marcha, pero que no está cuando más la necesitas, en esas noches obscuras y en esos gritos de auxilio. Lo bueno fue la ministra de la Suprema Corte, entendió que debía estar callada y escuchando la demanda, para después hacerla realidad con la impartición de justicia.

Me encantó ver mujeres jóvenes, mujeres en toda nuestra diversidad y avanzando juntas, para un mundo mejor, no en el futuro, sino ahora, ahora que estamos vivas. Mi abrazo a las madres buscadoras, mi mano en alto para las madres de hijas asesinadas por un feminicida, por las mujeres víctimas de las acciones vicarias y por todas aquellas, que de su vida han hecho una ley, para que nadie más quede impune.