Javier Solórzano Zinser

Chile regresa a su cotidianidad

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Javier Solórzano Zinser
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Santiago de Chile.- Si de algo se han venido dando cuenta los directivos del deporte mundial es que las nuevas generaciones se vienen alejando de algunas pruebas deportivas que en otro tiempo eran consideradas la representación máxima de Juegos Olímpicos y regionales.

Hay nuevos deportes, los cuales no necesariamente tienen en el tradicional esfuerzo físico su definición. Se ponen en juego otros atributos individuales como es el caso de los esports, que no son otra cosa que los juegos de consola.

En estos Juegos Panamericanos ha sido sorprendente la gran cantidad de competidores y seguidores. Van para convertirse en parte central de futuros eventos, porque además convocan fundamentalmente a una gran cantidad de gente joven.

En las últimas competencias internacionales muchos deportes han tenido variantes. El basquetbol de tres contra tres es todo un espectáculo. Las competencias de bicicleta de montaña han despuntado en todo el mundo por la importancia que tiene el uso de la bicicleta. El tema de fondo ante todo esto es cómo encontrar la manera de renovar el deporte sin dejar de tener como eje las competencias que dieron origen a los juegos.

Las cosas han cambiado en los últimos años de manera vertiginosa. La asistencia a los estadios y las audiencias en televisión y en las plataformas están dictando la imperiosa necesidad de cambiar la forma en que se han desarrollado los juegos deportivos.

A pesar de que se han introducido variantes sobre algunas pruebas, sigue existiendo una cierta lejanía de las nuevas generaciones respecto al desarrollo de los juegos. Es cuestión de revisar el tipo de deportes que practican las nuevas generaciones para entender que hoy en día urgen variantes.

Los deportes llamados de alto riesgo son cada vez más populares y no queda de otra que sumarlos paso a paso al desarrollo de los juegos. Si mucha gente está practicando este tipo de pruebas o juegos, según se quiera ver, es la prueba de que van teniendo cada vez más público. Se tiene que considerar en el marco del cumplimiento de sus reglas y las del deporte internacional, ya llegó el tiempo de que se les empiece a considerar y de que los Juegos Olímpicos y regionales se modernicen.

Lo que sigue siendo emocionante al tope para el público es el atletismo, la gimnasia, natación y clavados, entre otras. El Estadio Nacional de Chile ha tenido sus grandes llenos durante las competencias de atletismo. A esto se suma que dos figuras chilenas ganaron medallas de oro, lo que puso a las y los chilenos en la emoción desbordada.

El futbol ha sido otro de los deportes que más ha llamado la atención. Mucho se debe a que sus dos equipos llegaron a la final. Los hombres le han provocado en los últimos años puras decepciones a su intensa afición, llegar a la final les ha renovado la esperanza a pesar de que los conjuntos participantes no traen a sus mejores jugadores.

En cuanto a las mujeres la sorpresa ha sido grande porque no esperaban llegar a las semifinales, lo que son las cosas ya están en la final, la cual perdieron con México que es de los mejores equipos de la zona.

Como suele suceder en México, a la competencia no se le concede importancia si doña tele no paga por los derechos de transmisión. Así sucedió en los Olímpicos de Brasil cuando Claro video tuvo la transmisión en exclusiva, ante ello las “grandes” cadenas hicieron mutis, pareciera que los deportistas mexicanos no habían asistido; así ha sido y seguirá siendo.

Chile regresará a su cotidianidad el lunes. El presidente Boric seguirá en su toma y daca con el Congreso, en tanto que Chile puede estar satisfecho, la organización estuvo a tono y como sucede, lo mejor fue su afición.

RESQUICIOS.

Es una obligación colectiva no permitirnos que Acapulco pase a segundo plano o que se haga uso político sobre lo que está sucediendo. No dejemos que la abrumadora cotidianidad nos haga insensibles, generacionalmente nos jugamos una parte de nuestro destino.