Los cooptan o los desaparecen

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano Zinser Foto: larazondemexico

El Presidente sigue dando pasos firmes, y en muchos casos también confusos, en su intento, a veces con tintes de obsesión, por transformar las instituciones autónomas. Va tras los institutos autónomos y no va a cejar en su empeño de cooptarlos o desaparecerlos.

Poco está importando a estas alturas que en su campaña se haya pronunciado de manera distinta sobre el quehacer y el destino de los institutos. Es cierto que sistemáticamente ha sido crítico de ellos, pero hoy está apuntando a cooptarlos más que a debatir sus funciones, da la impresión de que si por él fuera los desaparecería de un plumazo.

El Presidente tiene en la mira una reforma administrativa que busca que los institutos autónomos se ubiquen al interior de la estructura de gobierno o bajo el Poder Judicial, el cual paradójicamente ha sido sistemáticamente señalado por el Presidente.

De alguna manera todo lleva, a querer o no, al control de los institutos. Los considera como una forma de “gobierno paralelo”, no los ve como instrumentos para la efectiva y transparente gobernabilidad, quiere ahorrar y hasta borrar.

La mirada del pasado sigue teniendo una discrecionalidad que no distingue, más bien apunta y señala. Lo que puede ser positivo para el gobierno es visto y asumido sólo por la conveniencia que tiene para la gobernabilidad, pero todo aquello que se convierte en elemento que impide instrumentar los cambios que se propone el gobierno, o que de plano estorba, es cuestionado, señalado y desacreditado.

Como principio, es necesario para entender la dinámica de las cosas tener una mirada integral de país. El maniqueísmo no ayuda a explicarse el pasado, el presente y menos vislumbrar el futuro. La dinámica de país termina por verse de manera unilateral y sobre todo de manera riesgosa y antidemocráticamente a través de la mirada de una persona.

Hay un pasado que por más que incomode nos ha permitido organizarnos y establecer mecanismos que nos permiten como sociedad depurar y mejorar los mecanismos de gobernabilidad a través de la participación ciudadana.

Nuestra compleja democracia ha tenido un aliado en la rendición de cuentas, el respeto a los derechos humanos, la vigencia del Estado de derecho, la fortaleza y credibilidad en los procesos electorales y muy en particular en los movimientos feministas que han llevado a la sociedad a una toma de conciencia sobre el papel de la mujer en la sociedad, este tema se ha convertido en un fantasma para la presente administración.

Todos estos procesos son parte de la irrupción, participación y conciencia ciudadana.

La estrategia de transformar pasa por deshacerse de las instituciones para colocarlas en el ámbito de gobierno o del Poder Judicial, el cual es visto por el Ejecutivo en función de la confiabilidad que sólo le suscitan algunos de sus integrantes, el caso del presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, es una marca de ello.

La propuesta de la extensión de mandato del abogado está en línea directa con la cercanía que tiene con el Presidente, quien lo ve como el único que puede dirigir el tribunal en función de una premisa que no queda de otra que verlo como la persona en quien “confía” para la defensa de las propuestas e intereses del gobierno.

El Presidente sabe lo que provocan sus decisiones y sus declaraciones. Podrá en un segundo momento atemperar ánimos, pero está claro que está llevando al país a una confrontación que va más allá de un proceso electoral.

No se vislumbran acuerdos ni se vislumbra diálogo. La estrategia va llevando, por momentos sin darnos cuenta, a un presente de confrontación, a un futuro muy incierto y a una previsible visión unilateral de país.

RESQUICIOS

A India se le vino la devastación. Las autoridades no pudieron frenar las celebraciones religiosas. No hubo sana distancia ni uso de cubrebocas. Está bajo la muerte, los contagios, la impotencia, el dolor y la tristeza. ¿Qué tan lejos podríamos estar de India?

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