Lo expresado por el general secretario quizá no fue distinto al de otros militares que le han antecedido. No es la primera vez que un alto mando militar expresa apoyo al gobierno en turno e incluso lanzando exhortos a la sociedad para que lo haga.
El discurso ha causado revuelo, porque las cosas hoy están bajo una dinámica distinta por la presencia de las Fuerzas Armadas en la sociedad.
El Presidente vehemente se ha encargado de explotarlo. No sólo son la gran cantidad de responsabilidades y apoyo que le ha conferido a militares y marinos, el tema también pasa por un recurrente elogio a las Fuerzas Armadas como opción para enfrentar no sólo el gran problema de la inseguridad, sino también para colocarlas en todos los espacios posibles como alternativa ante la corrupción y a lo que el Presidente presume es la efectividad de su trabajo en obras públicas.
Los soldados y los marinos no preguntan, actúan en función de las órdenes que reciben. Es quizá este aspecto que estaría ponderando el Presidente, existen indicios claros de que no le gusta que lo cuestionen y menos que lo contradigan.
El tabasqueño está creando condiciones para que las Fuerzas Armadas sean indispensables y necesarias en la sociedad, más allá de las funciones que la Constitución les marca. Da la impresión de que el titular de la Defensa además de presentar un discurso institucional propio de su investidura en un acto de gran importancia, también pudo mandar un mensaje con dosis de agradecimiento.
El apoyo que las Fuerzas Armadas han recibido desde hace tres años no sólo pasa por un ensanchamiento en sus actividades, sino que también se ve en un sistemático apoyo en su presupuesto.
La tradición del Ejército y la Marina tienen en la institucionalidad su definición. No vemos aspiraciones de carácter político, si bien están con una presencia a nivel nacional inédita. No hay condiciones para que entremos a los terrenos en que las Fuerzas Armadas pasen a la actividad política, lo que no se puede soslayar es que se están creando escenarios que le dan mayor influencia y peso el cual no va desaparecer por arte de magia en el 2024.
Insistimos, el problema por ahora no se ve que pase por estos terrenos. Más bien está en que el Presidente ha venido creando condiciones en que las Fuerzas Armadas se van convirtiendo en un actor central en el desarrollo de las actividades de una sociedad civil.
De alguna manera se va creando una concentración para el desarrollo en diferentes áreas en donde se hace a un lado a sectores que a lo largo de décadas han sido fundamentales para el crecimiento, por más que en muchos casos haya habido irregularidades y desigualdades.
La situación se vuelve más complicada porque el Presidente señala y acusa para tomar las decisiones que considera, pero al final casi todo ha quedado en señalamientos y discursos. Todos los casos “emblemáticos” de corrupción no han tenido hasta ahora acusaciones de carácter legal en que se pudiera tener claridad plena de quiénes eran los responsables de lo que señala; el aeropuerto de Texcoco, Odebrecht, el desigual caso de la “Estafa Maestra” ejemplifican una diferencia entre el discurso y los hechos.
El Presidente pasa por el supuesto de que las Fuerzas Armadas no están expuestas a la corrupción, “son pueblo con uniformes de militares y marinos”.
Quizá se esté sobreinterpretando el discurso del general secretario. Lo que es un hecho es que López Obrador está desarrollando una estrategia que no necesariamente va a resolver problemas y que no se ve cómo será el 2024, año en que asegura que ahora sí los militares regresarán a los cuarteles.
El discurso pasa por el entorno.
RESQUICIOS
Una nueva variante de Covid en Sudáfrica es una “preocupación real” para los epidemiólogos porque es muy mala, mucho más que la Delta. Cabe considerar que está en números bajos, pero debe ser monitoreada por su “horrible perfil” de mutaciones; que conste.