EU. De nuevo con sus fantasmas

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Javier Solórzano Zinser
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

A EU se le volvió a aparecer el fantasma del magnicidio. No son historias nuevas en la vida de una sociedad que en los últimos años ha dejado en claro que se encuentra profundamente dividida.

El atentado en contra de Donald Trump va a tener un efecto expansivo. Es el hecho en sí, que se atente contra la vida del expresidente y candidato a la presidencia de su país, pero también es lo que va a provocar en el electorado, el cual podría ver con otra mirada al republicano, quizá con condescendencia hasta colocarlo al nivel de víctima.

Trump nunca dejó de actuar como candidato durante su atentado. En medio del caos levantó la mano en dos ocasiones alentando a la gente a que no deje de luchar, tuvo cuidado hasta en decirle a su cuerpo de seguridad que quería ponerse los zapatos los cuales había perdido cuando lo estaban cubriendo para evitar lo que pudiera venir.

Llama la atención que en uno de los muchos videos que se han dado a conocer sobre la agresión algunas personas hayan visto al disparador en el techo de una casa desplazándose recostado para encontrar el mejor lugar para disparar, lo cual hizo hasta en ocho ocasiones. Las cosas no pasaron a mayores quizá debido al mal tino del agresor, el cual había sido rechazado en el equipo de tiro de su escuela precisamente por su mal tino.

Independientemente de la gran cantidad de teorías sobre la conspiración o la presunta puesta en escena, es evidente que Trump va a salir del atentado fortalecido, será cuestión de ver las próximas encuestas para corroborarlo.

La campaña presidencial en EU ha estado definida por fuertes confrontaciones entre los candidatos. No es que sea algo nuevo, pero es evidente que en esta ocasión los ánimos están caldeados lo cual está alcanzando a la mayoría de los estadounidenses.

Los trumpistas se han comportado en muchas ocasiones de manera violenta como se vio en el famoso 6 de enero de hace tres años. Las actitudes de Trump a menudo exacerban los ánimos de sus seguidores, lo cual ha empezado a sentirse en la cotidianeidad estadounidense. El efecto ha sido la radicalización de simpatizantes del expresidente los cuales se han manifestado de diversas formas, desde actos violentos o intimidación contra aquellos que no piensan a su manera.

Biden es visto como una alternativa para que no sea Trump, pero ya no es visto necesariamente como la alternativa para gobernar. Entre algunos sectores de la población está claro que su objetivo es que no llegue Trump a la Casa Blanca; sin embargo, las cosas pueden tener una redefinición porque el candidato con el atentado que sufrió, podría empezar a ser visto de manera distinta por muchos estadounidenses.

Los cuestionamientos ciudadanos no sólo se detienen en el tema de la edad de ambos candidatos. En sentido estricto la clave está en si a pesar de la edad son capaces o no, el problema es que estas alturas ni uno ni a otro se le ven esas capacidades más allá de su edad.

Frente a la imagen de Joe Biden quien se ve taciturno, olvidadizo y desubicado lo sucedido el sábado podría darle un impulso en imagen a Donald Trump en un país en que en las últimas elecciones ha quedado en claro que está materialmente dividido en dos, ni republicanos ni demócratas han logrado triunfar con amplios márgenes en el complejo proceso electoral de EU.

Biden ha ido perdiendo el impulso de toda una vida dedicada a la política. Podría ser que con el atentado tuviera que reflexionar profundamente sobre si le conviene en lo personal, a su partido, a sus electores y al país continuar en la carrera presidencial.

Lo que es un hecho es que el atentado de nuevo enfrenta los fantasmas de una sociedad dividida y, en algún sentido violenta, que tiene que decidir su destino en noviembre.

RESQUICIOS.

La desorganización en la final de la Copa América en serio llamado de atención para EU de cara al Mundial 2026. Vuelve a quedar claro que no son tan perfectos como a menudo presumen, tiene razón Marcelo Bielsa.