El partido oficial y la oposición tienen un reto mayor con la designación de sus candidatos a la gran cantidad de cargos de elección popular que estarán en juego en el 2024.
En Morena se sabe que al final por más encuestas que hagan el fiel de la balanza es el inquilino de Palacio Nacional. Sigue en la confusión cuál fue el criterio por el que se optó por Clara Brugada siendo que quedó abajo dos dígitos en la encuesta.
García Harfuch nunca fue de la simpatía del presidente. A la vista parecía el candidato de Claudia Sheinbaum pero después de lo sucedido, la exjefa de gobierno dejó pasar sin chistar la situación. Se decidió por criterios que en este caso le vinieron bien al simpatizante elector de Brugada, el presidente.
Los problemas mayores para Morena están la vuelta cuando tenga que considerar a senadores y diputados que se quieren reelegir, que por lo que se ve son casi todos. Los criterios de selección y las cuotas van a determinar el quién y el cómo. Lo otro sería que el presidente echará a andar sus afamadas tómbolas. López Obrador tiene a sus legislativo de la mano; así como quiere tener a la Corte.
A pesar de las encuestas que muestran la popularidad e intención del voto por Morena no pareciera que la elección le diera al presidente el ansiado triunfo del plan C. Lo que se va viendo es que el proceso de selección de candidatos está transcurriendo con cierta tranquilidad, quizás debido a que por más enconos que haya, como decíamos ayer, es mejor estar en el partido, con todo lo que esto significa, que fuera del presupuesto.
Seguramente habrá muchos brincos pero está la fortaleza del partido del presidente para que pase lo que pase termine paradójicamente por no pasar nada.
La mayor bronca la tiene la oposición. Las circunstancias podrían provocar divisiones, sangrías y escándalos. No hay fiel de la balanza y evidentemente Xóchitl Gálvez a pesar de ser la candidata no lo va a ser ni le conviene hacerlo.
Por la forma en que se manejan los partidos las dirigencias se convierten en el eje y centro de las decisiones. Se reparten el pastel y luego reparten lo que queda. No es casual que los presidentes del PAN, PRI y PRD se hayan colocado como cabezas plurinominales para el senado. Bajo este esquema no hay manera de qué pierdan porque además cuando ya sean legisladores tendrán que dejar el cargo estando amarrados.
Por ahora andan de cuenta chiles en dos escenarios. Uno tiene que ver con cómo le hacen al interior de sus partidos para que le den gusto a los suyos y después a los que pueden representar una oposición interna. El otro es andar en la rebatinga entre ellos para ver cuantas candidaturas le corresponde a cada uno de los partidos.
El Frente tiene que buscar la manera de resolver de forma transparente y representativa quiénes serán las y los candidatos al legislativo. No tiene sentido enfrentar a Morena con candidatos surgidos de rebatingas internas y que poco o nada puedan representar para la ciudadanía.
El partido del presidente ha ido permeando en el país de manera significativa. En muy pocos años se ha convertido en una opción ciudadana de la mano de la abrumadora gestión de López Obrador.
El futuro no está definido por más que les dé por determinarlo. Sin embargo, el Frente no está ofreciendo por ahora alternativas, lo que solo se ve es es un proyecto contestatario al actual gobierno lo cual no le reditúa porque López Obrador camina como el fiel de la balanza y hasta termina por tirarle línea a la oposición.
A Xóchitl Gálvez hay que abrirle el camino pero por la forma en que actúan los partidos de la alianza están llevando a la hidalguense a meterse en broncas que no son suyas y exponerla con el riesgo de diluirse.
RESQUICIOS.
A los partidos les da por postular candidatos impresentables. Nadie se atreve a cuestionarlos por qué lo que les importa es ganar elecciones sin importar con quién. La senadora de MC Patricia Mercado piensa exactamente lo contrario.