El Mayo. Una narrativa conveniente

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Javier Solórzano Zinser*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Era previsible la declaración del abogado de Joaquín Guzmán López, hijo de El Chapo, en el sentido de que no negoció su entrega con EU. La defensa buscará negar todo lo que se ha dicho, además de que, como también era de esperarse, va a recomendar a su cliente que se declare inocente.

Estamos lejos de conocer lo que realmente pasó. Nos van a seguir llenando de versiones periodísticas y filtraciones que pretenden y pretenderán explicar lo sucedido.

Los días pasan y es claro que EU no está contando toda la historia. Sin embargo, si nos atenemos a la declaración del presidente Biden sobre el tema, recordemos que hizo un explícito reconocimiento a las agencias de su país que habían actuado en lo que para algunos es la entrega de El Mayo y, para otros, la traición del hijo de El Chapo. Queda claro que diferentes agencias de EU participaron directamente en la operación.

Otra constante ha sido, bajo estos supuestos, que la única manera en que hubiera aterrizado en EU el avión que llevaba a El Mayo y al Chapito sería con la complicidad y conocimiento de las agencias de inteligencia de EU, y con algún conocimiento de las cosas por parte de autoridades aeroportuarias mexicanas.

Las peticiones del Gobierno mexicano para que se le informe, como debiera ser acorde a la relación bilateral, se siguen retrasando y en el camino se está cruzando información que no termina por explicar las cosas.

Lo que se vuelve a confirmar es que no hay confianza en las autoridades mexicanas, por lo cual todo indica se optó por informarles y reportarles a tiempo después de que estaban detenidos los narcotraficantes.

Por ahora, en la medida en que se difunde o filtre información en lugar de que sirva para entender y conocer lo que pasó crece la confusión. No descartemos que pasen algunos años para que podamos saber cómo se llevó a cabo exactamente la operación, como sucedió hace cerca de 30 años con el secuestro del Dr. Álvarez Machain.

Del lado mexicano las cosas continúan cargadas de trompicones. El gobernador de Sonora atinó varios días después a informar que el avión no había salido de Hermosillo. Si no fue así, sigue siendo un galimatías de dónde salió, porque fuentes del Gobierno mexicano coinciden en que pasaron por dicho estado.

Lo que pasó en Culiacán también parece ir formando una narrativa conveniente bajo la cual se asegura que El Mayo habría ido a una revisión del cáncer que padece, lo cual fue aprovechado por sus presuntos secuestradores. Sin embargo, no pasemos por alto que todo esto forma parte de una serie de explicaciones convenientes que por ahora que se han presentado sin que haya pruebas en concreto, de no ser la detención de los dos importantes capos de la droga, en particular uno de ellos reconocido como una leyenda.

Lo que es un hecho es que tarde que temprano habrá un reacomodo en un cártel que no dejará pasar mucho tiempo para volverse a estructurar. Está en su naturaleza y en su historia y las nuevas generaciones quizás actúan de manera diferente a los viejos capos, pero el negocio no lo van a terminar por dejar por ningún motivo.

El Gobierno pareciera que no ha tenido un acuse de recibo del todo. Si bien se enviaron efectivos a Culiacán bajo la presunción de que podría haber una confrontación impredecible, lo importante no está sólo ahí, sino que estén funcionando los servicios de inteligencia nacional que por lo que se ha visto no han funcionado, han sido rebasados o necesitan un monumental ajuste de tuercas.

El Cártel de Sinaloa ha dejado de ser lo que fue. No se vislumbra en lo que se pueda transformar; se pronostica una encarnizada lucha interna.

RESQUICIOS.

Lo peor para el proceso electoral venezolano es que se enquiste. Desde ayer las cosas podrían haber entrado en terrenos favorables para la estrategia de fuerza de Maduro, de la mano de la intimidación y el previsible agotamiento de la oposición; Morena ya planteó por dónde van sus “afectos”.

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