Una cosa es que la Corte haya dado el aval para que se lleve a cabo la revocación de mandato y otra es que se tenga el dinero para hacerla.
El Presidente y su partido han querido colocar al INE contra la pared. Avalaron la revocación, pero no le ofrecieron elementos para poder instrumentarla. Carece de lógica que al haber aprobado este ejercicio no hayan contemplado el dinero para hacerlo.
Si el Presidente quiere a como dé lugar que se haga la consulta de revocación de mandato, debió contemplarlo en el presupuesto. Sin dinero el ejercicio se queda trunco, lo que provoca más de crítica del mandatario y su partido contra el INE; si nos atenemos a lo que está pasando pudiéramos estar ante un plan con maña.
Entre el INE y el Presidente existen un buen número de incidentes y confrontaciones. En las que a veces no queda claro qué está de por medio y cuáles son las razones de los desencuentros. Lo que está muy claro es que el Presidente no quiere al INE y a sus integrantes, tan es así que en el primer trimestre del año por llegar enviará su propuesta de Reforma Electoral.
Ha circulado información que plantea que el Presidente quiere tener al INE como parte del gobierno, lo cual sería un retroceso histórico para la democracia del país y para los años de significativas, trascendentes e importantes luchas de mujeres y hombres.
La revocación de mandato es uno más de los escenarios en que el Presidente ha estado confrontado con el INE. Más allá de la importancia que el mandatario le concede a la revocación, lo que está de por medio es que el tabasqueño simple y sencillamente no reconoce al INE como el instrumento para el desarrollo e instrumentación de los procesos electorales del país; la revocación está siendo un detonador más para señalamientos y críticas del Presidente contra el instituto.
En el camino, López Obrador ha arremetido también contra las y los ministros de la Corte ponderando al presidente del tribunal como ejemplo, a diferencia de sus otros integrantes. La perspectiva es audaz, limitada y ausente de una visión integral sobre quienes forman la SCJN, es una generalización maniquea y estereotipada hecha a modo en función de pensamientos parciales y conveniencias.
El INE estableció con toda claridad el viernes que no quiere suspender o cancelar la revocación de mandato. Plantea posponer temporalmente las actividades en tanto que la SCJN resuelve la controversia sobre el presupuesto.
Si esto se interpreta como “chicanada” o como un freno a la democracia, o lo llevan a terrenos de pelea callejera y amenazas de que van a entablar un juicio político en contra de dos de los consejeros del INE, no se está visualizando lo que está de por medio.
El INE está porque el ejercicio cumpla los requisitos para que sea válido y para que puedan participar todos los ciudadanos que así lo quieran, para ello, no hay de otra, se requieren recursos materiales.
No deben estar de por medio opiniones o juicios sobre la revocación, porque esto no le corresponde al INE. El instituto lo que hace es acatar y cumplir el mandato emanado del Legislativo y de la SCJN.
Es evidente que hay mucho ruido sobre el tema, pero también es claro que el ruido es parte de la confrontación que está siendo cada vez más delicada y grave. No hay por ahora elementos para pronosticar qué puede acabar sucediendo, el desenlace de la consulta pudiera dar pistas sobre el desenlace de esta muy lamentable confrontación.
En medio de cierto caos, confusión, confrontación y que pocas ganas de resolver el problema, lo importante es que tenemos instrumentos legales que van a determinar una cosa u otra; en éstas andamos.
RESQUICIOS
Bajo el signo de más vale no provocar incidentes no vaya a ser que se pase a molestar, los gobernadores han optado por olvidarse de alianzas y de la Conago. Se veían muy contentos, o eso parecía, en Villahermosa. El año que entra el panorama estará casi completo con la llegada de al menos 5 nuevos gobernadores.