Javier Solórzano Zinser

El oso de Samuel

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Javier Solórzano Zinser
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Suele pasar que los políticos se acaban sintiendo por encima de las instituciones. Interpretan las leyes a su manera y suponen que tienen capacidad de maniobra que les permite hacer lo que quieren hacer.

Para Samuel García resultó sencillo solicitar una licencia sin darse cuenta de las formas y las repercusiones que puede tener una acción en donde la gubernatura de Nuevo León se convirtió en una moneda de cambio.

No estuvo solo en el lío que armó. MC lo cobijó bajo la presunción de que como es joven y se ve echado para adelante, con una compañera de enorme influencia, y porque gobierna un estado de trascendencia por muchos motivos como es Nuevo León, podía hacer lo que quería.

A esto sumemos que el Presidente también lo echó a andar. Con López Obrador se abren invariablemente un sinfín de interpretaciones. Su olfato político y la forma en que ve las cosas en la inmediatez y en el mediano plazo son algunas de sus grandes virtudes. Es claro que no fue casual el apoyo que le otorgó y tampoco las singulares interpretaciones que le dio a los hechos en Nuevo León su candidata.

Si se parte de la hipótesis de que Claudia Sheinbaum tiene un voto duro y seguro resulta estratégico tratar de dividir el voto de la oposición. López Obrador encontró en el gobernador alguien que le fuera útil en sus interpretaciones y estrategias.

En este sentido, el apoyo y las deferencias del Presidente hacia Samuel García tienen lógica. Pensar en el voto de la clase media, la cual se ha manifestado en lo general distante del Presidente, le podría abrir un espacio para que el electorado se divida en favor de su corcholata favorita.

Se presume que la clase media podría optar por Xóchitl Gálvez, lo cual le daría un voto que no se puede soslayar y perder. Bajo esta premisa las declaraciones en apoyo y defensa hacia Samuel estarían buscando dividir el voto para que Xóchitl Gálvez no lo concentre, lo cual es factible.

El caso de la hidalguense sigue siendo un enigma. Por momentos se ve fuerte y como una animadora del proceso electoral. Sin embargo, también se le ve diluida, un poco por sus tropiezos y, otro tanto, porque los partidos que apoyan su candidatura no alcanzan a verse en el escenario político como auténticos soportes en su campaña.

Samuel García deterioró el ambiente interno de MC. El partido parecía cohesionado en torno a la figura histórica de Dante Delgado. Lo sucedido en los pasados días inevitablemente deterioró el ánimo interno, porque no se pueden pasar por alto los muchos problemas que provocaron ante la opinión pública los vaivenes de un personaje que había jurado y perjurado que nunca haría lo que otros habían hecho en su propio estado.

Todo indica que Samuel es ya de nuevo gobernador de Nuevo León. Seguramente lo es más allá del desaseo legal en que se metió deteriorando su imagen, la de su entorno, la del Congreso local y la de su partido. Incluso fue difícil que su compañera pudiera entrar en su auxilio, se metió en un laberinto en donde sus declaraciones fueron contradictorias y lo vinieron a exhibir.

Las evidencias de que los militantes de MC irrumpieron violentamente en el Congreso están documentadas. Es la primera vez que el partido se ve envuelto en un escándalo de esta naturaleza, sin olvidar la insensatez del Gobierno de Jalisco, encabezado por MC, de organizar una manifestación el año pasado el día de la inauguración en contra de la Feria del Libro en Guadalajara.

MC anda ahora en busca de candidato porque no hay ánimo alguno de unirse al Frente. Se habla de Juan Zepeda, pero más bien parece que están tratando de cubrir el expediente después de los lamentables acontecimientos en los cuales el manojo de contradicciones que es Samuel García los vino a meter con la complicidad de la dirigencia del partido.

RESQUICIOS.

Desde donde se vea, es interesante el equipo que está armando Claudia Sheinbaum. La clave será que lo integre a su eventual gobierno y que no sea una fachada como se ha visto estos años.