Se vienen en los próximos meses importantes definiciones que pueden terminar por marcar la administración de López Obrador.
El camino no va a ser sencillo para el tabasqueño, porque además está pasando por un momento complejo derivado de lo que ya empieza a ser el desgaste del ejercicio del poder y porque en estos días no ha tenido el control pleno de la agenda-país.
Ayer el tabasqueño hizo referencia a su estado de ánimo. Reconoció que “ya no puedo más”. La declaración no es casual y corre por dos vías: por un lado lo hace quizá para hacer a un lado la idea de va a buscar quedarse en la Presidencia, y por otro, porque no hay duda que el camino que ha llevado a cabo ha sido agotador y su cuerpo ya le reclama.
Antes de que acabe el mes se tendrán que empezar a tomar las primeras decisiones sobre la Reforma Eléctrica. Por ahora no hay definiciones claras, como se ha visto en el muy interesante y atendible Parlamento Abierto.
Las posiciones han sido en algunos casos de productiva confrontación, las cuales tienen que ver con posiciones políticas e ideológicas y con concepciones diferentes sobre la reforma en términos técnicos, pasando por el papel que se pretende juegue la CFE.
Las diferencias también pasan por los aspectos constitucionales y judiciales. Podría al final aprobarse la reforma, pero también podría terminar cargada de amparos ante la Corte. En la mesa de ayer en el Canal del Congreso quedó claro que las diferencias pasan también con concepciones no sólo del proyecto país, sino con elementos constitucionales y judiciales que en algunos casos podrían poner limitantes a la instrumentación de la reforma en los términos en los que está.
El reto para el Legislativo no está sólo en conseguir la mayoría para su aprobación, está también en tener elementos que le den al proyecto una viabilidad para el país de hoy y del futuro. La decisión va a definir el futuro eléctrico del país por los próximos 30 años al menos, el tema es, por decirlo de alguna manera, transgeneracional.
La reforma debe en algunos de sus aspectos ser modificada, la clave está que estén convencidos y que no sólo terminen en el voy derecho y no me quito para tratar de quedar bien con el Presidente echando a andar la maquinaria que les pueda dar la votación que requieren.
Entendiendo las prisas que tiene el Presidente y Morena por aprobar la reforma, no pareciera que haya escenarios que permitan aprobarla en el actual periodo de sesiones. Estamos en medio de la revocación de mandato, de elecciones en seis estados y de una propuesta de Reforma Electoral.
Son escenarios que pueden polarizar aún más el tema. Aprobar la reforma antes del 1 de mayo se ve difícil, porque hay muchos asuntos que requieren de definiciones.
Habrá que preguntarse cuáles son las razones por las que algunos empresarios de la industria no asistieron a debatir. Pudiera ser que no hayan encontrado condiciones para discutir siendo que han sido señalados sobre presuntas irregularidades; lo cierto es que hasta ahora, que se conozca, no se ha abierto ninguna carpeta en su contra.
Lo que se tiene que valorar es el espíritu que ha prevalecido en el Parlamento Abierto. Se han escuchado casi todas las voces las cuales deben ser contempladas por los legisladores quienes ahora tienen muchos más elementos para sus decisiones.
Han pasado por ahí académicos, funcionarios, especialistas, técnicos y empresarios que han presentado sus puntos de vista, los cuales han enriquecido el debate y sobre todo la reforma.
No tendrá sentido haber desarrollado un muy importante y democrático parlamento para terminar en el voy derecho y no me quito.
RESQUICIOS
No hay manera de frenar a Putin en su guerra y su invasión a Ucrania. Movió sus piezas sin consideración alguna y sin importarle ni las exhortaciones de otras naciones y ni las de la disminuida ONU. Ha empezado una guerra que contempló durante años, no es un paso en falso.